La planchada – Leyendas de la CDMX

La leyenda de la planchada es bien conocida por todo aquél que haya habitado la ciudad o sus alrededores en los últimos 30 años

Entre los espectros, aparecidos y fantasmas que se sabe que rondan la CDMX, la Planchada es de los más famosos. Como sucede con toda leyenda, su origen es incierto, aunque en todas las versiones, hay datos que coinciden.

Eulalia era una mujer originaria de Zacatecas que viajó a la ciudad para convertirse en enfermera. Algunos dicen que trabajaba en el Centro Médico Nacional. Otros afirman que en el Hospital Juárez. Lo cierto es que, en cualquiera de ambos casos, con el tiempo, se enamoró de un doctor.

El hombre parecía un hombre serio al principio, y daba a entender que corresponder a Eulalia. Al poco tiempo comenzaron a formarse había planes de boda. Sin embargo, un día antes de la ceremonia, el médico abandonó a Eulalia por otra mujer.

Desolada, la enfermera cayó en una profunda depresión. Descuidó su aspecto, y más terriblemente, a sus pacientes. Muchos de ellos fallecieron por falta de atención o de los cuidados que Eulalia debía darles. Con el paso de los días, Eulalia falleció. En algunas versiones se dice que fue víctima del terremoto de 1985. En otras, simplemente se dice que murió de pena, o producto del cansancio y el desgaste que suponía su trabajo.

Desde entonces, el fantasma de Eulalia ronda los hospitales por las noches. Muchísimos enfermos reportan haberla visto en sus noches más difíciles: una enfermera sumamente amable y cuidadosa que alivia su dolor. Se le ha visto hasta en diversos hospitales, siendo el Centro Médico Nacional y el Hospital Juárez los más mencionados. Todos coinciden en que el detalle que la caracteriza es el uniforme, siempre pulcro, planchado y blanquísimo. Es por eso que, con el tiempo, los médicos y pacientes comenzaron a llamarla La Planchada.

Si te gustan las leyendas, te recomendamos la de El niño perdido, que le dio nombre a una calle de la CDMX por muchos años.