La Península de Yucatán está llena de magia, tanto por sus habitantes como por sus leyendas que han pasado de generación en generación. Una de estas leyendas es la del Chechén y el Chacá Se dice que por cada árbol de Chechén, siempre podrás encontrar un árbol de Chacá a su lado. En Más México te contamos la leyenda de cómo dos guerreros de esta cultura se convirtieron en dos árboles para la eternidad destinados a estar juntos:
La leyenda
Cuenta la leyenda que… “Kinich y Tizic eran dos valientes guerreros hermanos, pero de personalidades opuestas. Kinich, era un joven amable, bondadoso y respetado por su pueblo. En cambio su hermano mayor Tizic, era una persona de corazón frío y con un carácter iracundo.
Un día ambos conocieron a Nicté Há, una jóven hermosa y de corazón puro que conquistó a estos guerreros. Los dos hermanos se enamoraron perdidamente de la misma mujer. Así que Tizic desafió a Kinich a un duelo por el amor de la hermosa doncella.
Los dioses estaban tan enojados al ver esta situación, que cubrieron el cielo de nubes negras e incluso la luna se ocultó durante toda la batalla. Desafortunadamente, el duelo tuvo un final trágico y ambos hermanos terminaron muertos en los brazos del otro.
Al llegar al otro mundo, suplicaron el perdón de los dioses, ambos rogando por poder ver a su amada Nicté Há nuevamente. Así fue como Tizic renació como un árbol de Chechen, el cual secretaría veneno dentro de sus ramas y quemaría a cualquiera que se acerque. Kinich en cambio, renació en forma de un árbol de Chacah. Cuya savia curaría todo lo tóxico del Chechén.
Nicté Há murió de tristeza al enterarse de la trágica historia de los hermanos guerreros. Al llegar al otro mundo, los dioses fueron bondadosos con ella. Permitiéndole renacer en la tierra como una hermosa flor blanca cerca del agua, mejor conocida como un lirio”.