¿Te ha pasado, que después de las 3 de la mañana, ya no puedes dormir porque te sientes observado? Pues déjanos decirte que no estás loco, sólo se trata de La Hora del Diablo.
Sabemos que la oscuridad marca el fin de un día, pero para otros, marca el inicio de una larga y siniestra jornada. Seguramente, algún ruido inusual te ha despertado en la madrugada.
También te podría interesar: ‘Hospital de Morelia, encuentros con el otro mundo #AyNanita’
La hora del Diablo, cuando los demonios deambulan
Se dice que esta hora en específico es un tiempo de alta actividad paranormal. Ya que es cuando los espíritus y demonios negativos se manifiestan con mayor fuerza en nuestro plano terrenal.
Las 3am inauguran el tiempo de los bajos seres que habitan en otras dimensiones. Y, en donde, desgraciadamente, nadie puede ayudarnos. Pues los ángeles en esta hora no existen, debido a que fuerza es disminuida por la oscuridad.
Pero a pesar de ser un tiempo peligroso, no es para siempre. La hora del Diablo comienza a las 3 am y termina a las 4 am. Hora en que según algunas personas, vuelve la luz benefactora de nuestros espíritus protectores.
Prácticas extrañas que te despiertan sin razón aparente
Entre todas las cosas, se dice que las prácticas satánicas, asesinatos, accidentes y magia negra tienen mayor intensidad a estas horas. Habrás notado como en este tiempo, los ladridos de los perros despuntan con mucha energía sin mayor razón.
Pero todo tiene un origen, y en este caso se dice que los demonios eligieron esta hora para burlarse de la muerte de Cristo y de la trinidad celestial. Las 3:33, es la mitad de 666, número que es conocido por tener un alto simbolismo maligno.
Además, se sabe que Cristo murió a los 33 años a las 3 de la tarde, dando como resultado La Hora del Diablo.
Cierra los ojos, y no escuches al diablo
Mucha gente ha sentido durante estas horas, presencias y fenómenos paranormales que no tienen ninguna explicación. Algunos, han experimentado fuerzas extrañas en episodios de parálisis del sueño. Esto hace pensar, que la fe, en estos casos, no tiene sentido.
Pues las puertas que se abren, las canicas que se escuchan en tu azotea, y los objetos que se caen sin ninguna razón a esas horas, no son producto de tu imaginación, sino de un portal que te saluda.
La próxima vez que te despiertes a esta hora, reza en voz alta, para que al menos, alguien escuché tu llamado…