Por Luis Galindo
La grana cochinilla pintó prácticamente todo el mundo occidental, el rojo fue muy importante para la nobleza, tanto religiosa como la civil, porque este color mostraba poder y riqueza, así, este pequeño insecto mexicano revolucionó el arte durante tres siglos.
Así lo explicó en entrevista con Notimex, Helena Rangel, editora del Museo del Palacio de Bellas Artes, quien detalló que “por eso la grana cochinilla era utilizada en muebles, tapices, pinturas, esculturas y libros, prácticamente en todos lados estaba presente”.
El insecto de origen mexicano (Dactylopius coccus) crece en una variedad de nopal y produce un colorante con cualidades tintóreas únicas.
El primer embarque de grana cochinilla salió del puerto de Veracruz con dirección a Sevilla hacia 1523. A su llegada, este nuevo colorante captó la atención del Rey Carlos V, quien pidió a Hernán Cortés, le mandara información de esta grana cochinilla que era cultivada por los indios de la Nueva España.
En un recorrido por la exposición “Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte”, que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes desde el pasado 10 de noviembre, Rangel explicó que la obra está conformada por pintura, escultura, mobiliario, video, pero sobre todo destaca el uso de los grandes pintores nacionales e internacionales del siglo XVI al XIX.
Destacó el trabajo de artistas como Cristóbal de Villalpando, Diego Velázquez, Zurbarán, Tintoretto, Van Dyck, Tiziano, Rubens, Delacroix, Renoir, Cézanne, Van Gogh y Gauguin, entre otros.
La especialista adelantó que en el marco de la exposición, el próximo 11 de enero se presentará el catálogo de esta muestra integrado por fotografías y 19 ensayos de autores nacionales e internacionales.
Detalló que en el catálogo participan especialistas que se han dedicado al estudio de pigmentos naturales y la materialidad en el arte como Tatiana Falcón, maestra en Historia del Arte por la UNAM y Carlos Marichal, doctor en Historia por la Universidad de Harvard, junto con el filósofo e historiador de arte Georges Roque.
“Es un catálogo muy completo, de los pocos ejemplares que reúne a un gran número de especialistas que se han dedicado al trabajo al estudio de los pigmentos, desde la época prehispánica hasta el siglo XIX y XX, que se podrán encontrar en estos ensayos”, mencionó la editora.
También participan Carlos Marichal, especialista en Historia Económica por El Colegio de México; Elsa Arroyo, especialista en Arte Novohispano del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM; Baltazar Brito Guadarrama, director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia y Alejandro de Ávila, especialista en textiles y director del Jardín Botánico de Oaxaca, entre otros.
Consideró que se trata de una exposición única, porque uno está acostumbrado a ver muestras de artistas específico o de alguna corriente, pero el recinto cultural quiso apostar por estudiar la materialidad del arte que es muy importante y darle el protagonismo a este pequeño insecto mexicano que vino a revolucionar el arte durante tres siglos.
Entre las obras que conforman la exposición, incluye piezas como “La deposición de Cristo”, de Tintoretto; “Retrato del Arzobispado Fernando de Valdés”, de Diego Velázquez; “Virgen de Guadalupe”, de Cristóbal Villalpando, y “La recámara de Van Gogh en Arlés”, entre muchas otras obras.
“En la muestra contamos con una pieza muy interesante, que abre la exposición que es un Lienzo, que se encontró en la Cueva del Gallo, en Morelos, que data aproximadamente unos 350 A.C que rompe con todas esas barreras disertaciones en torno en dónde se había criado la grana de Cochinilla, si en Perú o en México”, concluyó la editora.