Guanajuato es conocido por sus callejones mágicos y de leyenda. Específicamente hay uno que hoy se le conoce como la calle del Truco. Esto porque tiene que ver con una apuesta que terminó en tragedia. ¿Quieres saber qué pasó? #AyNanita
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La casa de las apuestas
Hace muchos años había una casa en la calle de los Guadalajareños. Ahí vivía un hombre muy rico, Don Ernesto, quien vivía con su bella esposa e hijo pequeño.
Cada día, a las 6 de la tarde llegaban miembros de la clase alta de aquel entonces. Siempre se reunían para divertirse con juegos y apostar grandes cantidades de dinero.
Una noche Don Ernesto parecía tener una gran racha de suerte. Pero luego, tocó a la puerta un hombre misterioso para apostar con él. Este caballero tenía una capa y sombrero de ala ancha que le llegaba hasta las cejas. Solamente se alcanzaban a ver sus escalofriantes ojos y su pálido rostro.
Entonces Don Ernesto aceptó jugar con él y apostó dinero, bolsas de oro, sus fincas e incluso haciendas. Pronto la suerte le cambió y perdió todo. Al querer reponerse, le ofreció al hombre una última apuesta, pero ya no tenía nada qué apostar.
Así que el hombre de capa le susurró al oído que apostara a su esposa. Con la esperanza de recuperar sus pertenencias, Don Ernesto aceptó, pero volvió a perder y no pudo con la desesperación.
La calle del truco
Algunos creen que este hombre misterioso era el mismísimo diablo y dicen que tenía los ojos rojos. Desde aquella tragedia, hay quienes aseguran que una sombra se aparece y vaga por las noches frente a esta casa.
Además, a la calle de los Guadalajareños se la cambió el nombre a la calle del truco.
Así que ahora ya sabes, ten cuidado qué apuestas y con quién.