Originario de Aguascalientes José Guadalupe Posada vio la luz en febrero de 1851, eran unas épocas difíciles para el país ya que las leyes de Reforma comenzaban a hacer estragos en la vida Nacional a eso hay que sumarle que México había perdido la mitad de su territorio y el Porfiriato en su máxima expresión dejaba sólo un panorama desolador para el territorio mexicano, Posada tomó el camino de la ilustración y el grabado para desde ahí criticar todo lo que sucedía a su alrededor.
José Guadalupe nunca se consideró artista ya que para él era muy común hacer ilustración de demanda según la situación política y social de nuestro país además de que se sentía pueblo no “artista del pueblo”. El también grabador eligió la figura de la muerte como parte central de su trabajo y para ello hizo mancuerna con excelentes tipografistas para decirle al pueblo lo que acontecía en aquellos momentos en México.
Es difícil entender la estética del arte mexicano y más del grabado sin ver la obra de José Guadalupe Posada ya que él dominó a un nivel de excelencia la técnica de la litografía y sus calaveras son famosas inclusive a nivel internacional. De esta forma la “huesuda” toma diferentes personalidades para comunicar por sí sólo el mensaje que Posada quería otorgar al pueblo Mexicano, así podemos ver a la muerte vestida de Madero, Don Quijote, Porfirio Díaz, Zapata, etc.
Pero la obra por la cual es reconocido mundialmente este gran ilustrador mexicano es “La Catrina”, obra bellísima que hacía gala de la habilidad del artista para hacer grabados, además de la gran carga de crítica social que conlleva con tan sólo mirarla.
José Guadalupe Posada llevó hasta el máximo la imagen de la muerte, aunque en su obra también se cuentan diversos carteles y trabajos ilustrativos para diferentes periódicos. Sólo que con la representación de la muerte en su obra consiguió gran fascinación de propios y extraños ya que él junto con Orozco y demás artistas de la época supieron explotar a la “calaca” como parte de la sátira que hacía falta en un país necesitado de vociferaciones en contra del mal Gobierno y la injusticia social.
José Guadalupe Posada dejó de existir el 20 de enero de 1913 en la Ciudad de México y es después de su muerte, y gracias a Diego Rivera, que su trabajo cobra relevancia en el arte mexicano.