Jorge Domínguez Cruz es un pintor de la Huasteca Veracruzana, más específicamente, de la comunidad de Mata de Otate, en el municipio de Chontla. Creativo, autodidacta y amante de las líneas, los colores, las formas y, sobre todo, de sus raíces. Expresa a través de los colores sus pensamientos, emociones y toda esta alegría de vivir, de concebir el mundo y de mostrar que esta pequeña localidad indígena tiene mucho que ofrecer.
En Más México, tuvimos el gusto de charlar con él y conocer más sobre su trabajo, el sentir de los pueblos indígenas, la relación con el arte y su lugar de origen y la importancia de preservar toda expresión artística en el país.
¿Cómo iniciaste en la pintura?
Desde pequeño empecé a experimentar, a sentir esta gran inquietud de expresarme a través de las líneas. En los montes y milpas donde crecí, veía colores y superficies que trazaba y plasmaba en mis primeros dibujos.
¿Cómo definirías tu trabajo?
Como una fusión de estilos. Podemos encontrar abstracción, impresionismo, surrealismo. Me gusta mucho estar siempre en esa búsqueda y combinación de sentimientos. Siempre trato de crear, de plasmar mi universo en constante transformación. En general, mi obra se define de una manera muy compleja, entre lo fantástico y surrealista.
El surrealismo siempre está en constante transformación. Los pensamientos siempre son diversos. Por lo mismo, aún queda mucho por materializar. Cada pensamiento nos transforma y nos enseña cosas increíbles.
La forma de ver la vida, su entorno, los cambios en sí mismo, son la fórmula que este pintor usa para mantenerse inspirado:
Cada día vivo experiencias nuevas. Me gusta mucho provocarlas y generarlas. Esto da pie a la creación de colores, texturas, movimientos y líneas en cada lienzo. La transformación y el dinamismo de la vida son factores que me ayudan a expresarme en mis pinturas
¿Qué pintores mexicanos admiras y cómo han influido en tu formación?
Me gustan pintores como Diego Rivera, Frida Kahlo, Leonora Carrington. Surrealistas como Remedios Varo; también grandes muralistas como David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Son autores que directa o indirectamente me siguen enseñando con sus obras. Enriquecen mi manera de ver el mundo.
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El sentir de los Pueblos Indígenas transportado al lienzo
La relación que este pintor tiene con la forma en la que viven los pueblos indígenas es muy cercana. Él mismo ha visto y vivido todas esas formas, colores, costumbres y tradiciones que le dan sentido a sus obras:
Es algo muy íntimo, porque son situaciones que vivo, son parte de mí y lo que me hace ser. Sentirme orgulloso de mis raíces es lo que me permite compartir mi obra y sentimientos con el público. Todo esto se ve representado en los colores, el dinamismo y la alegría. Nuestra cultura plasma una imagen muy rica de sí misma; es algo que se disfruta y se vive al máximo. Gracias a ello, las personas que observan mi obra siempre se sienten identificadas.
El sentido de sus obras se ve reflejado en el sentir de quien la observa. Tanto en México, como en algunas partes de Estados Unidos, Jorge ha mostrado el vivir de los pueblos indígenas:
Ha sido una gran experiencia, he aprendido de cada lugar al que voy. Me gusta ver cómo la gente de alguna manera interpreta mis pinturas. Estas reacciones me hacen sentir que estoy cumpliendo con mi labor como artista. Mi obra al final tiene sentido porque proyecta un sentimiento que los demás pueden apreciar.
Aún así, el apoyo siempre será fundamental para el desarrollo de un artista y la difusión de la cultura. Hay factores que deben tomarse en cuenta para que el arte que refleja la vida de los pueblos indígenas tenga un mayor aprecio.
Nosotros (los artistas) tenemos que tratar de motivar y acercar al público para enriquecer al arte; y de alguna forma, éste tenga una presencia constante y permanente en nuestra cultura. Principalmente, se trata de tener un acercamiento con los pueblos. Enseñar lo que uno sabe y compartir experiencias que fortalezcan ese lazo entre comunidades.
¿Qué es lo que más te hace sentir orgulloso de la Huasteca?
Toda su armonía, expresiones, su forma de vivir. Su comida, las danzas, la música. La lengua tének. Son muchas cosas que siempre me provocan y me inspiran a seguir mis convicciones.
Los planes a futuro son importantes en la realización de un artista. Jorge considera que el trabajo y dedicación, pero sobre todo, el gusto por compartir lo que ama es lo que más lo motiva:
Lo que quiero simplemente es seguir trabajando y creando, pero sobre todo, seguiré compartiendo las cosas que realice. Mi razón para hacer lo que hago siempre ha sido y seguirá siendo el motivar a los niños y jóvenes a que se acerquen al arte y expresen lo que sientan.
¿Cuál crees que sea tu contribución en la construcción de un México mejor?
Mi trabajo para con los pueblos, con los niños de la Huasteca. Cuando comparto mis pensamientos y los motivo para que vayan aprendiendo sobre las diversas formas de ver la vida. Al enseñar y orientar sobre estas cosas, todos podemos crecer como país y esto le da un nuevo sentido a la forma de ver a México. La cuestión es buscar ese algo que nos haga sentir especiales, importantes y únicos, tal y como somos todos los mexicanos.
Jorge, además de mostrar su talento, perseverancia y amor por México en todo lo que pinta, también es un gran promotor de la cultura en su lugar de origen. Desde hace tres años, cada 29 de diciembre, él mismo organiza un pequeño festival en la localidad de Mata de Otate. Hay concursos de baile, disfraces típicos, poesía y literatura. También hay una muestra gastronómica donde el plato fuerte es el ritual del entierro del zacahuil, un platillo típico de la Huasteca:
Este festival es algo muy bonito, algo muy especial. Yo lo disfruto mucho y creo que la gente de mi comunidad en La Huasteca lo ha ido adoptando poco a poco, sobre todo los niños y los jóvenes. Están viendo que sus posibilidades de aprender cosas diferentes son muy grandes y yo estoy poniendo toda mi energía en ello
Fotos: Alan García y Eduardo González