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Jaime Sabines, un mexicano muy romático

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El poeta de los amorosos.

Jaime Sabines Gutiérrez nació el 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México.

Poeta y político considerado como uno de los grandes poetas de México del siglo XX.

Su padre libanes fue quien inculcó a Jaime el amor por las letras y la literatura.

Sin embargo, Jaime quería ser médico, y fue entonces que se trasladó a la Ciudad de México en el año 1945.

Aquí comenzó sus estudios en la Escuela Nacional de Medicina.

Más tarde, se dio cuenta que esa no era su verdadera pasión, y decidió empezar su carrera como escritor.

A media carrera de medicina no pudo sostener su vida en la ciudad, debido a la economía, por lo que regresó a Chiapas.

Trabajó en el negocio de su hermano, pero aprovechó sus ratos libres para comenzar sus primeros escritos, entre ellos “Tarumba, un celebre poemario”

Durante ese periodo conoció a Josefa “Chepita” con quien se casó años después y procreó cuatro hijos.

Sin mucha experiencia aún, estudió en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, también en la UNAM, y fue becario del Centro Mexicano de Escritores.

En 1959 obtuvo el premio literario que otorgaba el estado, y fue entonces en donde se dedicó por completo a la literatura.

Por otro lado, Jaime desempeñó papeles de la vida política durante tres años como diputado federal por Chiapas.

Para 1950 logró publicar su primer volumen de poesías “Horal”, una obra que se destacó por su intensa sinceridad.

Esta obra le fue muy cuestionada pues rechazaba la poesía mágica, y creó entonces un ambiente polémico sobre su carrera.

Su éxito fue tal, que para 1965, sus poemas fueron grabados en disco.

La popularidad fue tanta que sus obras fueron traducidas a las lenguas más comunes.

Algunas de sus obras fueron Love Poemas, Tarumba, Adán y Eva, Los amorosos, Recogiendo Poemas, entre otros.  

Fue reconocido y premiado por diversas instituciones.

Sus últimos años de vida luchó contra el cáncer y falleció el 19 de marzo de 1999.

Así es como el estilo de Jaime Sabines ha sido catalogado como conversacional.

El uso del lenguaje cotidiano y sin adornos le ganó el favor del gran público.