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Huehuecóyotl, deidad de la buena suerte y el desenfreno

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Huehuecóyotl (o Ueuecoyotl) es una deidad la mitología mexica. En náhuatl quiere decir ‘coyote viejo’. Y se le asociaba con la felicidad, la narración, el destino y las bromas. Por lo mismo, también se le relacionaba con la buena suerte.

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Huehuecóyotl, dios bromista y fiestero

En la cultura azteca, los coyotes eran símbolo de la astucia y la sabiduría mundana. Y a Huehuecóyotl se le representaba con la cabeza de coyote bailando, con pies y manos humanos, acompañado de unos platillos. Además, era de la familia de dioses mexicas de Tezcatlipoca.

Huehuecóyotl
Rincón de historias

Por todas sus características, Huehuecóyotl era una combinación entre el bien y el mal. Era un equilibrio entre lo nuevo y lo viejo, lo mundano y lo espiritual, lo masculino y femenino, la juventud y la vejez.

Se dice que Huehuecóyotl era un dios al que le gustaba bromear con otros dioses. Y por eso, se metía en problemas todo el tiempo. Hasta le gustaba provocar peleas entre los seres humanos para quitarse el aburrimiento. Otras veces, los dioses lo buscaban para mitigar en su destino.

Una deidad desenfrenada

Por un lado, era dios de las artes, la danza y la música. Pero, al mismo lo era de los deseos mundanos y la sexualidad desenfrenada. De hecho, era poseedor de la capacidad de cambiar de género a su gusto.

Según los códices, estaba casado con Temazcalteci, diosa de los temazcales. Pero tenía como amante a Xochiquetzal, diosa del amor, la sexualidad, las prostitutas y las jóvenes.

CASA KUXTAL

Pero cuando cambiaba de género, sus amantes eran Opochtli, dios de la cacería y la pesca. Así como Xochipilli, dios de las artes, la homosexualidad y la prostitución masculina.

Y es que, dentro de la mitología mexicana, los dioses no eran dioses perfectos. Sino que representaban elementos de la naturaleza, virtudes o vicios. Y como ves, Huehuecóyotl era de los más desenfrenados. Pues se trataba de un dios muy fiestero, bromista y tramposo.