Delicia gastronómica
La flor de calabaza también conocida como flor de ahuyama, ayote, pipián y zapallo, es una flor considerada como alimento en muchas culturas del mundo.
La calabaza es la primera planta cultivada en Mesoamérica, pues el registro más antiguo de su uso data desde hace 10.000 años.
Es comestible al igual que su fruto (la calabaza), las semillas (las pepitas) y los tallos tiernos (las guías).
La flor de calabaza es particularmente rica en vitamina A y ácido fólico, potasio y calcio.
Al igual que la mayoría de las verduras, la flor de calabaza provee muy pocas calorías, por lo que es una excelente opción para incluirla en los guisados y platillos.
Su color amarillo naranja característico de la flor nos indica que contiene flavonoides.
Estos son unos compuestos que funcionan como antioxidantes y evitan la obstrucción de las arterias.
Además, tienen la capacidad de dilatar los vasos sanguíneos, lo cual, contribuye a una adecuada presión arterial y disminución en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Las flores de calabaza son perecederas y como tal, rara vez se almacenan en los supermercados.
La flor de calabaza se puede cocinar o comer cruda.
Es común utilizarla coma ingrediente de diversas sopas, cremas y ensaladas.
De igual manera, se pueden rellenar, rebozar y freír pues tienen un sabor sutil.
En nuestro país es común encontrar la a la venta en mercados y supermercados en manojos.
El platillo más popular realizado con este ingrediente son las quesadillas de flor de calabaza hechos con tortillas de maíz, rellenas de queso la flor y cebolla.