El 15 de junio de 1986 se hizo uno de los goles más bonitos de la historia de los mundiales, el gol de tijera que marcó Manolo Negrete desde fuera del área quedará en la retina de todos los mexicanos, no solo por la plasticidad con la que mandó el balón al fondo de las redes, también por el escenario y la proeza que realizó la selección en ese partido ante Bulgaria en el Estadio Azteca.
El gol marcado en el minuto 34 del primer tiempo fue la antesala para que la selección nacional lograra, por segunda vez en su historia, calificar al quinto partido. Hazaña que se persigue desde ese entonces y que nos lleva a pensar cada cuatro años que ese puede ser el mundial en el que logremos de nuevo el tan ansiado pase a cuartos de final.
Desde ese ya lejano 1986, el cuadro nacional se presenta a cada contienda mundialista con la idea de pasar esa barrera y vencer de una vez por todas la “maldición” de los octavos de final. En algunas ocasiones se ha estado cerca, sin embargo, no ha sido posible conseguirlo.
En el mundial de Estados Unidos 1994, Bulgaria nos eliminó en serie de penales, en Francia 1998 lo hizo Alemania ganando 2 a 1, en Corea del Sur y Japón 2002 la derrota fue a manos de Estados Unidos 2 a 0, en Alemania 2006 un golazo de Maxi Rodríguez en tiempo extra le dio la victoria a Argentina, en Sudáfrica 2010 de nuevo Argentina nos dejó fuera con un marcador de 3 a 1, y en el último mundial de Brasil 2014 Holanda fue la encargada de despertarnos del sueño mundialista con un 2 a 1.
Para el mundial de Rusia 2018 y pese a estar en un grupo que podría ser catalogado como el grupo de la muerte, en donde se peleará el boleto con Alemania, Suecia y Corea del Sur y sabiendo que el cruce más probable en octavos de final es contra Brasil, las exigencias siguen siendo las mismas, lograr el tan ansiado boleto a cuartos de final.
Existen muchas dudas entorno al equipo dirigido por Juan Carlos Osorio y la generación de jugadores que nos representarán en el mundial, pero las expectativas siempre son altas, la esperanza y la ilusión por dar ese paso de gigante nos llevan muchas veces a perder la perspectiva de donde realmente se encuentra la calidad de nuestro futbol. Es cierto que, en los grandes escenarios, con rivales de mayor calidad el cuadro tricolor se crece, sin embargo, siempre nos falta ese golpe de suerte y de calidad para poder lograr el objetivo.
No sé si Rusia 2018 será el mundial en el que la selección mexicana pueda dar ese salto de calidad y logre por fin retomar el camino que marcó la tijera de Manolo Negrete hace 32 años en el Estadio Azteca. Lo que está claro es que esto es solo futbol y afortunadamente en el futbol todo puede pasar.