El gran Don Melquiades, la voz oficial del Estadio Azteca desde hace 52 años, murió ayer por la noche de causa naturales. Tenía 90 años de edad.
Hombre apasionado, de porte, con estilo para anunciar. Cuando veías tus caricaturas o películas en el canal 5, él te avisaba si alguien se había extraviado. Cómo confundir esa voz, ese tono suave y fuerte al mismo tiempo, de amplios matices. Hombre trabajador y guardián del Coloso de Santa Úrsula. Conoce un poco más de él.
Chécate esto: ‘El mariachi, tradición por excelencia #PatrimoniosUNESCOMx’
Locutor por accidente
Por su tono de voz inigualable, siempre tan elegante y formal, Don Melquiades Sánchez Orozco, es reconocido por muchas generaciones. Pero, ¿sabías que entró a este medio de comunicación sin querer?
Nació en Tepic, Nayarit en 1928. A la edad de 18 años, fue por curiosidad a una emisora de radio a preguntar cómo funcionaba. Por azares del destino le pidieron que hiciera una prueba de locución para una estación, y él, como tenía necesidad de trabajar, accedió. Así fue que, en 1946, descubrió el potencial de su voz y comenzó su carrera como locutor. Años más tarde, trabajó en Guadalajara y poco a poco fue mejorando su estilo.
Su don para la comunicación no se limitó a la locución, también tenía talento y pasión por la pintura y la escritura. De hecho, en 1956, cuando llegó a la Ciudad de México, se dedicó más tiempo a pintar y se presentó en varias exposiciones. Además escribió algunos libros.
En el Azteca por petición
En 1966 estaban por inaugurar el famoso Estadio Azteca. El mismísimo Emilio Azcárraga Milmo mandó llamar a Don Melquiades (quien en ese entonces estaba trabajando en una emisora de radio) para que se hiciera cargo del sonido local. ‘El pintor’, como era conocido en su trabajo, realizó las pruebas y se quedó en el Coloso de Santa Úrsula durante el resto de su vida.
Don Melquiades era quien anunciaba las alineaciones, los cambios y la publicidad durante los juegos de futbol. Su voz causaba distintas emociones conforme a la ocasión. Fuera un momento de festejo o de tristeza, como cuando se despedía a algún jugador, siempre conectaba con la gente y movía a la afición.
Al Estadio Azteca siempre lo consideró como un hogar, pues tuvo experiencias graciosas y únicas desde el comienzo. Justamente, a su primer día de trabajo ¡no llegó! Claro que no fue su culpa, ya que no le habían avisado que se había quedado con el puesto.
Otra de sus anécdotas favoritas y divertidas fue al inicio de su historia en el Azteca, cuando se equivocó al decir que un gol lo había anotado un jugador ¡que ya ni estaba en la cancha!… Se había confundido.
Algo que muchos aficionados le envidiarían es que pudo conocer a Maradona y a Pelé, dos figuras legendarias del futbol. También pudo presenciar dos finales de la Copa del Mundo, la de 1970, donde Brasil le ganó 4-1 a Italia; y la de 1986, en la que Argentina venció a Alemania con un marcador de 3-2.
La voz se hizo leyenda
La voz de Don Melquiades es reconocida por muchos mexicanos. Si no era por el Azteca, era por el canal 5, donde anunciaba la programación y a las personas desaparecidas. También trabajó durante muchos años en las radiodifusoras XEQ y XEW.
Su condición de salud fue decayendo gradualmente, lo cual le impedía estar más tiempo en el estadio, así que fue sustituido en varias ocasiones. Sin embargo, en la medida de sus posibilidades, su voz, que permanecía intacta, continuó escuchándose en los partidos locales del América en la liga y Copa Mx.
Hace un año recibió un homenaje antes del partido entre Cruz Azul y América por siempre transmitir su pasión por la locución y el futbol a tanta gente. No hay duda de que su voz seguirá resonando en los corazones de muchos equipos, jugadores, aficionados, de otros locutores, y dentro de las paredes del Coloso de Santa Úrsula. Lo recordaremos con afecto y admiración.
Vía Mediotiempo