Deja que Mapimí, en Durango, te encante con su misterio

Si te gustan las leyendas, los lugares misteriosos y te animas a entrar en un pueblo solitario con un toque fantasmal, Mapimí es para ti. La historia de este pueblo está llena de misterio e incógnitas. Su población ha pasado por la prosperidad y los infortunios, pero su magia permanece. Ha sido testigo de personajes importantes para el país y es conocido como un pueblo minero que alberga tesoros ocultos en sus piedras y es mina de leyendas sorprendentes.

Tradición minera

Mapimí se fundó en el siglo XVI. Su nombre significa ‘cerro elevado’ y sus habitantes originarios eran los cocoyomes y los tobosos. Este lugar fue descubierto entre las búsquedas de míticas ciudades de oro. Una versión muy cerca de la realidad, pues aquí se explotaba oro, plata y gran cantidad de minerales muy extraños en el mundo.

Antes, las calles de este mágico pueblo estaban llenas de gente, eran miles de habitantes que pasaban sus días disfrutando de teatros y demás atracciones que hoy en día se encuentran en ruinas, pero que le añaden al lugar un toque fantasmal y a la vez, nostálgico.

Aquí hay un panteón del año 1770. Es de los más antiguos de México y su particularidad es que en las lápidas puedes encontrar epitafios en otros idiomas como inglés, francés y chino, esto porque habían vivido muchos exploradores extranjeros en la zona.

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La historia de un milagro legendario de los comienzos del poblado es la del Señor de Mapimí, traído por los españoles y que se hizo famoso por salir sin daño alguno después de un ataque durante una procesión. Por esa razón decidieron trasladarlo a Cuencamé y mantenerlo a salvo; pero cuando quisieron regresarlo a Mapimí, el crucifijo se hizo tan pesado que nadie lo podía mover. Quisieron cortarlo, pero se hizo tan duro que no lo consiguieron; por lo que decidieron dejarlo en Cuencamé. Increíble, ¿no?

A pesar de que la imagen está ahí, lejos del Templo al que corresponde, la gente siguió confiándole su protección. Entre las leyendas que más se oyen, también está la de los cuatro bandidos a caballo, de los cuales se dice que todavía se escuchan sus pisadas.

Desde su fundación, Mapimí ha sido testigo de enfrentamientos producto de la colonización, la Independencia y la Revolución. En 1811 Don Miguel Hidalgo, ya preso, pasó por este pueblo cuando iba en camino a su fusilamiento. Otro personaje que se refugió aquí fue Benito Juárez. Actualmente estos recintos están abiertos a los turistas como museos.

Otras atracciones de Mapimí

La Biosfera del Bolsón de Mapimí está reconocida por la UNESCO y posee gran belleza natural y biodiversidad. También puedes ir al Templo de Santiago Apóstol y a las grutas del Rosario. No olvides visitar la Zona del Silencio. Se dice que ahí las ondas de radio no pueden ser transmitidas de manera normal. Definitivamente tienes que verlo.

A unos 15 minutos de Mapimí, está la Mina de Ojuela, que después de ser tan próspera en oro, plata, cobre y otros minerales, se inundó y se convirtió en un lugar fantasma. Pero todavía puedes entrar, ¡te sorprenderá lo que vas a encontrar!

También puedes subir al puente de la Mina, lanzarte por la tirolesa y disfrutar del bello panorama. Este lugar es bastante caluroso y vale la pena descubrir todos los misterios que encierra. Conoce más leyendas, prueba la sazón de platillos típicos del norte, toma un poco de sotol y como recuerdo, llévate hermosas joyas, piedras o minerales cristalinos y llénate de la magia de Mapimí, ¡que nunca se acaba!