Recorrer sus apacibles calles llenas de una calma inexplicable, pero que se disfruta. Observar la forma de sus casas, todas con tejas naranjas, de un carácter tradicional y acogedor. Respirar su aire fresco, digno de una región montañosa, conocer su capilla. Lugar que guarda un su interior evidencia de la fe y estilo de vida de varias generaciones de habitantes. Todo eso y mucho más es Pátzcuaro, Pueblo Mágico en el estado de Michoacán.
Historia de un pueblo cimentado
Pátzcuaro fue una de las primeras ciudades que fundaron los purépechas, alrededor del año 1300. Su nombre proviene de Tzacapu-Hamúcutin-Páscuaro, que significa ‘Donde están las piedras a la entrada de donde se hace la negrura’. La traducción sencilla sería ‘La puerta al cielo’ o ‘La entrada al Paraíso’
Este pueblo rinde homenaje al obispo Vasco de Quiroga, o el Tata Vasco, como era conocido. Fue una figura muy influyente para su cultura y para los purépechas en general. Ayudó a niños y artesanos, fundó escuelas y encabezó el proyecto de la enorme Basílica de Nuestra Señora de la Salud.
Chécate esto: ‘Sistema Huautla: desafío para la ciencia, tesoro para México’
Dentro de esta basílica se encuentra la Virgen de Salud, patrona de los enfermos. Fue elaborada en 1555 y es una escultura de tamaño natural de 6 kilos montada sobre una base de plata. Los enfermos y sus familias acudían a ella para que se curaran.
Pátzcuaro y sus sitios emblemáticos
Pátzcuaro tiene de todo. Puedes visitar esta basílica y conocer más a fondo las historias de su pueblo. Es visita obligada ir a La casa de los 11 Patios. Aquí encontrarás artesanías muy interesantes y podrás ver a sus creadores mientras trabajan.
No puede faltar visitar el mirador del Cerro del Estribo y deleitarte con la vista que te ofrece el Lago de Pátzcuaro. De paso se te va a antojar ir a los pueblos cercanos, como la Isla de Janitzio o la localidad de Tzintzuntzan, famosa por sus ruinas arqueológicas.
Y para terminar tu visita a este pueblo mágico te puedes ir al carajo… y disfrutar de un delicioso mezcal y una torta de bacalao.
No puedes decir que conoces México sin haber visitado Pátzcuaro. Su magia es motivo de apreciación y sus calles te regresarán en el tiempo. Esta es una pequeña muestra de la gran diversidad que hay en nuestro país en cuanto a Pueblos Mágicos se refiere. ¡Disfrútalos!
Fotos: Eduardo González