Luz Jiménez fue una de las modelos más famosas de la posrevolución. Retratada por Rivera, Siqueiros, Leal y Modotti.
La podemos ver en grandes murales y lugares como lo son, el Palacio Nacional, San Ildefonso y San Carlos. Solo por mencionar a algunos. ¿Quieres conocer más de su historia?
Échale un ojo: ‘Creatividad, innovación y expresión ¡Viva el Diseño Mexicano!’
El origen de una musa
Julia Jiménez (1897-1965), conocida como Luz Jiménez o Doña Luz llegó a la Ciudad de México para buscar trabajo tras la muerte de su padre en la Revolución.
Caminando por la ciudad vio un letrero en la Academia de San Carlos para una vacante como modelo… y así empezó todo.
Luz Jiménez era una mujer que dominaba el español y el náhuatl, con una inteligencia extraordinaria. Incluso, se convirtió en la modelo oficial de varias escuelas de arte.
Muchos de los grandes muralistas mexicanos vieron en ella un símbolo de la mexicanidad que revalorizaría los valores nacionales con el indigenismo.
Predilecta de Diego Rivera, su figura siempre fue retratada para representar a las mujeres indígenas activas en la lucha revolucionaria, empapando un mensaje nacionalista a quienes miraban la obra.
Una mujer excepcional
Retratada en el mural del Antiguo Colegio de San Ildefonso titulado “Cortés y la Malinche”, esculpida en la Fuente de los Cántaros en el Parque México o fotografiada por Tina Modotti. Luz Jiménez es una mujer que ha trascendido en nuestra historia.
Doña Luz, como también era conocida, realizó diferentes trabajos a lo largo de su vida. Uno de ellos fue de traductora del náhuatl para el lingüista Benjamin Lee.
Además, trabajó junto al rector de la UNAM Mariano Silva en el Instituto Mexicano de Investigaciones Lingüísticas.
Fue alguien que siempre conjugó sus raíces con la modernidad, empoderando no sólo el papel de los indígenas; sino también, el de la mujer en el arte como un personaje fundamental en las luchas sociales.