El retiro laboral o jubilación es una etapa de la vida en la que una persona deja de trabajar y lo ideal sería que para cuando llegue el momento se cuenten con los ahorros suficientes o una pensión para vivir tranquilo, y una manera de hacerlo es elaborando un plan desde que se está trabajando.
Planear el retiro, así como se planea un viaje o una fiesta a la que se asistirá es una forma de garantizar que se contará con los recursos necesarios en un futuro, por lo que si se empieza desde que se está en la vida laboral es mejor para alcanzar dicha meta, destacó la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Refiere que, por ejemplo, si se tiene un trabajo formal, ya se está ahorrando para el retiro por ley cada mes, ya que una parte del sueldo se destina a ese fin, además de que la empresa o la institución donde se trabaja y el gobierno también hacen aportaciones, por lo que entre los tres se reúne una cantidad que va haciendo crecer el ahorro.
La Condusef informa que las aportaciones son depositadas en la cuenta individual, la cual es administrada por una Afore que cada persona elige, y las cuales se encargan de invertir el dinero para que no pierda su valor y crezca a través de los años.
De ahí que es importante elegir una, y si aún no se cuenta con algunas, los recursos están asignados a la que tenga un buen desempeño, aunque lo mejor es que cada persona la escoja y para ello es necesario comparar opciones y elegir la que ofrezca mayores rendimiento neto, pues entre mayor sea más crecerá el ahorro.
De acuerdo con el organismo, es importante realizar aportaciones voluntarias, las cuales permitirán incrementar aún más el ahorro con rendimientos atractivos, y en caso de requerirlo se puede disponer de ese dinero, pero sólo en dos ocasiones: por matrimonio o por desempleo.
En caso de ser un trabajador independiente, agrega en su portal de Internet, también se pueden acercarse a una Afore y abrir una cuenta.
La Condusef refiere que según una encuesta, 28 por ciento de los adultos mayores dependen económicamente de alguna persona de su familia, siendo sus hijos quienes los apoyan financieramente con el 77 por ciento.