Es inevitable pensar en la cecina y no salivar. Sin duda la mejor que puedes probar en México la encontramos en Yecapixtla, al noreste de Morelos.
Es uno de los platillos típicos de este estado y ¡a todos nos encanta! Su sabor salado o picoso es inigualable. ¿Pero sabes cómo se prepara?
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El secreto de la cecina
La técnica de preparación de la cecina es completamente artesanal y es toda una tradición.
Todo comienza desde que se destaza la carne del lomo y las piernas de res en largas y anchas tiras. Es muy importante que el corte sea muy delgado, ya que la cecina se caracteriza por ser suave y fácil de masticar.
Los trozos de carne se salan uniformemente. Después se colocan sobre unas tablas de madera en el exterior. Se dejan orear unos minutos. Lo ideal es media hora, pero depende del clima y la intensidad del sol. Tienen que ponerse de un tono café. Luego se voltean y se repite el proceso.
Más tarde, se cuelgan en un lugar fresco, cerrado (y muy limpio) durante otra media hora para que se sequen.
Finalmente, se embarran con manteca de cerdo, se doblan y se guardan en el refrigerador.
Se dice que esta técnica tiene origen en la época de la conquista. Está basada en la que usaban los españoles para el jamón serrano, ya que permite conservar la carne por más tiempo.
Los expertos en la preparación de la cecina consideran que esta técnica es uno de los secretos de su sabor y calidad. Pero también se debe al clima de Morelos. El calor de este estado permite que la carne se deshidrate con mayor facilidad y rapidez.
También está la cecina enchilada. Ésta se pre sazona con una salsa picosa parecida al adobo. Se deja marinando por unas horas en un refractario dentro del refrigerador.
¡A disfrutar!
Para prepararla sólo debe asarse en el comal. Puedes hacerte unos deliciosos taquitos. Y para resaltar su sabor, acompáñala de aguacate, cebollitas, nopales, limón, crema y salsa.
En Yecapixtla hay muchos lugares donde puedes disfrutar de tan deliciosa carne, sobre todo en el mercado principal. Aunque en otras ciudades podemos encontrarla en pequeños locales, vale la pena darse una escapada a la capital de la auténtica carne de cecina.