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Antiguo Convento de Santiago Apóstol, el Atlantis mexicano

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Los cambios climáticos no sólo se sienten en el aire, también a través de toda la tierra que nos rodea. Tal es el caso del municipio de Quechula, poblado que se encuentra en el estado de Chiapas, México.

Un pueblo muy “chulo”

Este lejano lugar, es conocido por tener una cercana relación con el río de Grijalva. De hecho, tiempo atrás la mayoría de sus habitantes tuvo que partir debido a las constantes inundaciones que aquejaban al pueblo.

Se dice que su nombre, Quechula, surgió cuando Hernán Cortés conoció allí a una hermosa joven, y exclamó: ¡Qué chula mujer! Cierto o no, ese nombre se quedó para siempre.

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Los vestigios de una imponente iglesia

Pero ahora, ha sucedido algo como si de magia se tratara. ¡El Templo de Quechula ha resurgido después de permanecer más de 50 años sumergido! Esto debido a la imparable sequía que ha afectado al río Grijalva durante todo un año.

“Ha bajado mucho el nivel del agua. Bajó como unos 40 metros de donde estaba. También nos está perjudicando porque el ganado toma agua de la presa y hay ganado que se estanca porque quedó la tierra muy falsa”.

Habitante de Quechula

Un lugar que vibra

Muchos de los pobladores pensaban que jamás volverían a ver su preciado templo. Pero ahora, sus imponentes fachadas son visibles de nuevo. Se trata de un monumento histórico, que data de la época colonial y que se reviste con un incomparable estilo barroco.

Fotos: Internet

Su resistencia es admirable, ya que las inundaciones no son las únicas que lo han debilitado. También los constantes temblores que tienen lugar en esa zona. Uno de los mayores golpes fue con el terremoto del 7 de septiembre del 2017. Pues tres de sus paredes de más de 50 centímetros de grosor se fragmentaron. 

Esperemos que el único vestigio que da cuenta de la existencia del pueblo, duré muchos años más, pues sus piedras permanecen en los recuerdos de los habitantes, que alguna vez, caminaron por su interior.