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Alan Estrada, de actor de novelas a bloggero viajero por el mundo

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¿Cuántas personas no sueñan con ser actores o actrices y salir en la televisión o en el teatro? ¿Cuántas otras personas no sueñan con viajar por el mundo y vivir de eso? Alan Estrada ha logrado hacer realidad esos dos sueños gracias a su trabajo y esfuerzo constante. Su carrera y pasión lo llevaron a probar el éxito en las novelas y en el teatro musical pero poco después su vida dio un giro, porque él lo buscó y comenzó a viajar para conocer el mundo. En Más México creemos que Alan es inspiración para muchos mexicanos y por eso te contamos un poco más de su historia y vida.

Pasión por las artes

Desde muy chico Alan demostró el gusto por la actuación y la música, hijo de Raúl Estrada y Lupita Gutiérrez, sin embargo fue hasta a sus 18 años cuando se fue de su ciudad natal a estudiar en forma actuación, danza y canto a la ciudad de México. Sus habilidades teatrales lo llevaron a participar al lado de Ignacio López Tarso en la puesta en escena Edipo. Además, la música la llevaba en las sangre ya que al poco tiempo se integró al elenco de la obra musical Chicago, hasta que finalmente obtuvo uno de los papeles protagónicos en la también obra musical, Fiebre de sábado por la noche. Durante esa misma época se incorporó a las novelas en Televisa con “Clap, el lugar de tus sueños”, historia que también trataba acerca de los sueños y cómo alcanzarlos a través del baile y canto.

Cómo olvidar uno de los papeles que marcó su vida. En 2006, Nacho Cano le dio la oportunidad de participar en Hoy no me puedo levantar como el protagonista: Mario. Esta obra musical está basada en las canciones de Mecano y también contó con las participaciones de Fernanda Castillo como María y Luis Gerardo Méndez como Colate. Este personaje lo llevó a viajar a España y participar en la obra de aquel país junto con Fernanda.

A la par de este proyecto que lo marcó también participó en producciones mexicanas como “Lola érase una vez” para la pantalla chica y llegó a la pantalla grande con historias como Amor letra por letra, Casi Divas y Divina Confusión. Su paso por el teatro siguió hasta el 2010 al aparecer en el escenario en la obra Qué Plantón y Timbiriche el Musical. 

Un viaje por el mundo

Fue en el 2010 cuando Alan inició un viaje por el mundo como un proyecto de vida personal. Todo inició con su viaje de mochilazo a la India y al suereste de Asia ya que se dio cuenta del pequeño lugar que ocupaba en el mundo y lo poco que sabía al respecto. ¿Cómo inició todo? Con la creación de su canal de Youtube para compartir sus experiencias en cada uno de estos lugares al ponerse como meta viajar uno o dos meses al año.

Lo que buscó Alan con este proyecto fue compartir con sus seguidores todos los datos, tips y lugares que no vienen en una guía normal de viajes para hacer más ameno y fácil la organización de un viaje a cualquiera de estos lugares.

Algo de lo que poco le gustaba al mexicano cuando se dedicaba a la actuación en novelas y teatro era el poco control que tenía él sobre su tiempo ya que los llamados eran o muy temprano o muy tarde. Con esto, él decidió volverse su propio jefe haciendo algo que le apasionara como el hecho de viajar y buscó la forma de volverlo redituable.

A través de sus redes sociales y su canal de YouTube, Alan tiene ya 10 años creando videos y experiencias para los viajeros (como le llama a sus seguidores), durante ese tiempo ha visitado decenas de países, desde Estados Unidos, Canadá y nuestro propio país, hasta India, China, Reino Unido, Francia, Italia y muchos más.

Más allá del viaje

Además de su canal de YouTube y algunas conferencias que a veces imparte, pequeñas participaciones en la televisión como conductor invitado a programas, también cuenta con su propia línea de ropa y productos inspirados en sus viajes, los cuales puedes conocer y adquirir aquí.

Alan tiene 37 años y ha logrado cumplir los sueños que lo han apasionado desde chico. Definitivamente es una fuente de inspiración para muchos y deja muy claro que los límites para alcanzar lo que quieres te los pones tú, no importan fronteras, idiomas, ni dinero.