En los últimos años hemos escuchado sobre iniciativas que buscan concientizar sobre el daño irreversible que le estamos ocasionado a la tierra. Los mares nos suministran el 50% del oxígeno que respiramos, además es el alimento para millones de personas, pero con el uso masivo de bolsas de plástico, unicel y popotes los estamos destruyendo y se vuelve una amenaza permanente.
De acuerdo a la Comisión Mundial del Océano, dentro de dos años los mares llegarán a contener 1 kg de plástico por cada 3 kg de peces, un foco de atención que debemos tomar en cuenta.
Un reporte de la Asociación Nacional de Plástico (ANIPAC), indica que en nuestro país se consumen 10,350 toneladas diarias de plástico, que terminan en los tiraderos de basura e incluso llegan a las cuencas de ríos, lagos, mares y desembocan a los océanos. Esto debido a que las bolsas están hechas de polietileno y polipropileno, que las hace indestructibles, pues tardan en degradarse de 100 hasta 1000 años, lo que hace que permanezcan en el ecosistema y se vuelvan el alimento de las aves y los peces, incluso del agua que bebemos. Sus residuos son tan nocivos que los convierte en la principal fuente de contaminación.
Otra situación grave son los popotes que están elaborados de otro plástico llamado propileno, estos no se deshacen jamás y solo se utilizan una vez, no se tiene cifra exacta, pero se estima que un restaurante desecha al año 45 mil popotes.
La Comisión Mundial del Océano menciona que en 2010 ingresaron al mar ocho millones de toneladas de basura plástica provenientes de los países costeros, su producción y uso ha aumentado rápidamente perjudicando a la vida marina.
Somos conscientes del daño que le estamos ocasionando a nuestro planeta, es por eso que en la Ciudad de México y en varios estados de la república se han creado iniciativas de ley para reducir el uso de popotes y bolsas de plástico. En 2009, de acuerdo con la gaceta oficial del aquel entonces Distrito Federal, el 18 de agosto se modificó la Ley de Residuos Sólidos del D.F. en la que prohíbe la distribución gratuita de bolsas de plástico en establecimientos comerciales, y entró en vigor un año después. Con esta norma se buscó reducir el uso de bolsas contaminantes, las tiendas de autoservicio no pueden ofrecerlas, a menos que sean biodegradables.
Han pasado ocho años desde que se implementó dicha iniciativa, pero no se ha seguido con rigor, por lo tanto no ha reducido el impacto ambiental.
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Utilizamos el plástico desechable en desmedida por práctica y comodidad. ¿Pero vale la pena?
Nuestro país consume en promedio 48 kg de plástico por persona al año, superando el promedio de consumo en Latinoamérica que es de 32 kg, arrojo Greenpeace México.
Dejar de utilizar estos productos es una tarea difícil, debido a que todos los comerciantes (no sólo los supermercados y las tiendas de autoservicio) entregan sus productos en bolsas de plástico como los mercados, las tienditas, las panaderías, las farmacias y todos los establecimientos que hay en nuestra colonia, pero no es imposible empezar a ser responsables con su utilización.
La Ciudad de México avaló en junio la prohibición del uso de popotes en restaurantes y bares. La diputada Lía Limón García presentó esta iniciativa, que busca la regulación y el manejo integral de los residuos plásticos generados en estos establecimientos.
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¿De qué manera han actuado las autoridades?
Este año varios estados han adoptado medidas:
En Baja California Sur la Diputada Maritza Muñoz Vargas presentó una iniciativa para modificar la Ley del Equilibrio Ecológico, prohibiendo los popotes y las bolsas de plástico en establecimientos. Fue aprobada la semana pasada por diputados del Congreso del Estado, en las que se desea establecer políticas encaminadas a la eliminación del uso de bolsas plásticas, así como de popotes. Los comercios contarán con un plazo de 12 meses ya entrada en vigor la ley, para encontrar alternativas con desechables biodegradables.
En mayo, Veracruz se convirtió en el primer estado en prohibir el uso de popotes en toda la entidad, la iniciativa fue presentada por la fundación ambientalista Chalchi. La buena noticia es que el 25 de julio el Congreso del Estado aprobó el dictamen de la prohibición gradual del uso de estos. La nueva legislación sancionará a los lugares que utilicen bolsas o popotes que no sean biodegradables, cuando entre en vigencia los Ayuntamientos deberán adecuarse a las nuevas medidas en un plazo de 80 días.
Querétaro también se ha proclamado para disminuir el uso de bolsas de plástico y popotes, el Ayuntamiento aprobó por unanimidad de votos el Reglamento de Protección Ambiental y Cambio Climático del Municipio y entrará en vigor este primero de agosto. Prohíbe el uso de las bolsas de plástico para transportar cualquier producto. El incumplimiento de esta norma ocasionará multas desde los 3 mil a los 200 mil pesos.
Estos tres estados ya están actuando y es satisfactorio ver como más estados suman esfuerzos en común: Guanajuato, Durango, Jalisco, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Ciudad de México están impulsando iniciativas contra el uso desenfrenado de los plásticos, el enemigo principal del medio ambiente.
Esperemos que estas acciones rápidamente lleguen a toda la república, para proteger y salvaguardar nuestros ecosistemas.
Además, es de aplaudirse que igual se estén creando alternativas para sustituir estos productos nocivos. En Oaxaca, por ejemplo, crearon popotes de Carrizo como ya te lo platicamos aquí, y en Chile fabricaron bolsas de plástico que se disuelven en agua, ¿se imaginan?
Emprendedores de este proyecto, modificaron la fórmula del plástico, sustituyendo el petróleo por la caliza (alcohol de polivinilo, soluble en el agua) que no daña el medio ambiente.
¡Bien por todos los que hacemos algo para contribuir al medio ambiente!