Comienzan los preparativos de día de muertos: papel picado, pan de muerto y calaveritas de dulce por todos lados. Pero hay un elemento muy importante y ancestral que es imprescindible en estas fechas, ¡la flor de cempasúchil!
Su nombre viene del náhuatl cempoal, que quiere decir 20 y xóchitl que significa flor. Es decir, “flor de 20 pétalos”. También se le conoce como flor de muerto y cuenta con casi 60 variedades, aunque en México no se producen todas, sólo cerca de 35. Hay plantas con flores más grandes y otras más pequeñas, amarillas o con diferentes tonalidades de anaranjado. Pero todas con un color intenso y fuerte aroma; características por las que se cree, dejan un rastro para que los muertos encuentren fácilmente el camino a la ofrenda elaborada por sus seres queridos las noches del 31 de octubre al 2 de noviembre.
La flor que nace de un gran amor
Hay una leyenda sobre el origen de la flor de cempasúchil, ¿la conoces? Narra la historia de amor entre Xóchitl y Huitzilin, quienes subían todos los días a la montaña del dios Tonatiuh. El padre sol, para llevarle flores y jurarse amor eterno. Pero al llegar la guerra, tuvieron que separarse. Tiempo después, Xóchitl se enteró que su amado había muerto.
Así que, muy triste subió al monte de Tonatiuh para pedirle que la volviera a unir con él. Como al dios Tonatiuh le habían agradado las ofrendas de los enamorados, aceptó la petición. Con uno de sus rayos tocó a Xóchitl y la transformó en la brillante flor de cempasúchil. Huitzilin, reencarnado en forma de colibrí, se acercó a la flor y fue así como su amor pudo continuar. De ahí que la flor de cempasúchil sea un símbolo de vida y muerte.
Además de ser luz para los muertos, la flor de cempasúchil se ha usado desde la antigüedad por sus propiedades medicinales. Se recomienda para todo tipo de malestares y dolores estomacales, eliminación de parásitos, cólicos y empacho. Actualmente, también podemos encontrarla en bebidas como el pulque o cervezas; en comidas como cremas, sopas; o en postres como gelatinas y paletas heladas… ¿se te antojan?
Xochimilco principal productor
En México, la producción de esta planta abunda en Coahuila, San Luis Potosí, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Ciudad de México, específicamente, en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, ya que cuentan con la humedad y calidez necesarias para su crecimiento.
Madreselva, Nativitas, Cuemanco, Acuexcómatl y todos los mercados de plantas de estas alcaldías se pintan de color naranja y amarillo en estos días. La demanda aumenta conforme se acercan el Día de Muertos y la gente compra desde una flor, hasta lo que el bolsillo les alcance. Tan sólo la cosecha de hace un año fue mayor a un millón de flores. A pesar de los años, ha conservado su precio, son muy económicas, ¡a partir de 10 pesos!
Las familias productoras comienzan a sembrar desde mayo, pues su crecimiento tarda aproximadamente dos meses. Ya para estas fechas, están más que bellas para decorar e iluminar las tumbas en los panteones, así como los jardines u ofrendas de cada hogar, y con ellas, recibir cálidamente a quienes han partido al más allá.
La flor de cempasúchil es un símbolo propio del día de muertos que da identidad a los mexicanos, porque guarda en sus pétalos el calor y el color del sol, alumbra el camino de los muertos y enciende en los vivos el recuerdo de sus seres más queridos.