La caravana de migrantes que entró a México entre el 19 y 22 de octubre ha llegado a la Ciudad de México. Aquí pretenden reagruparse, descansar y conseguir ayuda médica para poder seguir su camino hacia Estados Unidos.
Según los datos de la Secretaría de Migración, la caravana cuenta con alrededor de 5 mil migrantes de diversos países de Centroamérica como El Salvador, Guatemala y Honduras, entre los cuales, según los datos de UNICEF, hay alrededor de 2 mil 300 niños. Estos migrantes han tenido que abandonar sus países para huir de la falta de oportunidades, la pobreza, la inseguridad, las bandas delictivas, las extorsiones y toda la violencia que se ha desatado en sus respectivos países y que impide que puedan desarrollar su vida cotidiana con tranquilidad.
La situación de la caravana de migrantes no es nada sencilla. El Gobierno Federal se ha visto rebasado en varios momentos, sin saber muy bien cómo debe de actuar ante tal movilización. Al principio intentó hacerlo con mano dura; sin embargo, con el paso de los días ha tenido que cambiar de estrategia y proporcionar ayuda médica y otros insumos necesarios.
El presidente electo realizó unas declaraciones, en las cuales se comprometió a ayudar a los migrantes. Ofreció trabajo y ayuda a los miembros de la caravana en estos momentos de necesidad. Empero, no ha explicado como pretende llevar a cabo esas propuestas.
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La caravana contra las adversidades
La idea de los organizadores de la caravana es reagruparse y seguir todos juntos su periplo hasta Estados Unidos. No obstante, los mensajes que llegan del país vecino no son muy halagadores. El presidente de aquella nación está aprovechando la situación de estos migrantes para usarla como parte de la campaña que se está llevando a cabo para elegir al congreso.
En dichas votaciones hay muchas cosas en juego. Se pretende movilizar el voto radical, para ello ha dicho que la caravana representa una amenaza migratoria, algo parecido a una invasión para Estados Unidos y que no permitiría que entraran al país.
Además, ha movilizado a alrededor de 6 mil militares para proteger la frontera con México. De paso, ha dejado entrever que repelerán todo intento de agresión por parte de los migrantes.
A estas personas aún les queda mucho camino por recorrer y demasiados inconvenientes a los que deberán enfrentarse hasta llegar a Estados Unidos. Es muy difícil plantear una solución a corto plazo para resolver esta situación. La empatía y la solidaridad mostradas en la mayoría de las zonas del país por las que han pasado no son suficientes. Lo cierto es que se necesita encontrar una manera de ayudar todas estas personas. Ellos han tenido que huir de sus países por la violencia y la inseguridad. Lo han dejado todo atrás con la única intención de poder vivir con tranquilidad.