La transición, que parecía ser tersa y diligente con el presidente electo, se ha ido complicando conforme pasan los días. La gira que inició Andrés Manuel López Obrador por todo el país, para agradecer la confianza y empezar a trabajar con todos los Gobernadores, no ha tenido el efecto deseado. Pues se ha encontrado con una ciudadanía que le aplaude y vitorea. Pero también, le exige que cumpla todas las promesas que realizó en campaña.
Debates y discusiones
Ya son varias las polémicas que se han desatado en los últimos meses. Comenzando con el aeropuerto, el cual sigue siendo tema de debate y discusiones. Sobre todo, con la forma en la que se ha decidido que se realice la consulta ciudadana, para saber si se terminará de construir o se buscaran vías alternas. Han sido muchas declaraciones, en las que el mismo López Obrador ha tenido que matizarse y dar marcha atrás.
Otra de las polémicas que no ha podido solventar, es la designación de los Coordinadores Estatales. Unos nombramientos que han levantado ámpula en los Estados y causado muchas molestias. Tanto a los gobernadores, como a los miembros del partido que no están de acuerdo con la selección.
La situación de los maestros y la derogación de la reforma educativa, es un tema que empieza a causar muchos estragos. El choque entre instituciones federales y sindicatos cada vez es más fuerte. La consigna de un sector grande de los maestros es: que se cumpla lo que se prometió, derogar la reforma y buscar mejorar las condiciones laborales.
Intereses del Gobierno
Parece que será difícil conciliar los intereses del Gobierno Federal y los de los sindicatos de maestros. Sin perder de vista que lo importante es una mejoría sustancial en la educación, que permita un salto cualitativo a nivel nacional.
Lo más reciente, es la suspensión de los foros por la pacificación y la reconciliación nacional. Cuando quedaban cinco por realizarse en diferentes Estados, de los cuales tres atraviesan por una situación muy crítica: Tamaulipas, Veracruz y Morelos. Sin embargo, el equipo de trabajo de López Obrador, anunció que no se realizarán, ya que, “se tienen que sistematizar todas las propuestas recogidas y empezar a sacar conclusiones para el diseño de la nueva política de seguridad pública”.
Lo cierto es que se vieron rebasados. Los testimonios de los familiares de las victimas y desaparecidos han sido muy críticos con las formas en las que se han realizado los foros. La falta de preparación, el acompañamiento y, sobre todo, la falta de tiempo para poder expresar su situación ha sido la principal molestia.
Transición apresurada
Queda claro que cinco meses para hacer una transición en el gobierno son muchos. El país queda paralizado, el presidente en funciones tiene las manos atadas. No puede hacer nada más que ser un simple espectador del ocaso de su mandato. Y el presidente electo tampoco tiene las herramientas para poder iniciar con los cambios que prometió.
Son meses desperdiciados en absurdos debates, en cruces de declaraciones entre los funcionarios salientes y los entrantes. En amenazas por hacer mal uso de los gastos públicos o subrayar la falta de preparación del nuevo gobierno. Meses de mala política, en los cuales el país no funciona y la ciudadanía se desespera de escuchar los cruces de declaraciones sin que empiece realmente a trabajar, el nuevo gobierno.
El desgaste político que está teniendo López Obrador en estos meses es mayúsculo. Aún no empieza a gobernar, pero la ciudadanía pide resultados inmediatos. Le recuerda que serán vigilantes y, sobre todo, que no se le entregó un cheque en blanco y tendrá que cumplir lo prometido.
Fotos: @lopezobrador.gob.mx