Después de la erupción del volcán Paricutín, dos pueblos de Michoacán quedaron bajo la lava. Uno era el poblado de El Paricutín y el otro, San Juan Parangaricutiro, donde lo único que sobrevivió fue su iglesia.
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El desastre que acabó con el pueblo
El volcán Paricutín es el más joven del continente, que emergió en el campo del pueblo repentinamente tras varios temblores. Era febrero del año de 1943 cuando sucedió el desastre natural que dejaría bajo la lava a los dos poblados.
Afortunadamente, quienes se percataron del volcán dieron aviso a todo el pueblo. Por lo que les dio tiempo suficiente para evacuar.
Si bien no murió ningún habitante, todos tuvieron que abandonar su hogar. Entonces, se trasladaron a una hacienda cercana, donde empezaron desde cero. De ahí que el nombre del pueblo se llamara Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Curiosamente, el volcán Paricutín continuó en erupción por 9 años a partir de su nacimiento. Después, simplemente, se apagó. Por todas esas características, se trata de un volcán que atrajo a muchos investigadores.
Iglesia en ruinas de San Juan Parangaricutiro
No obstante, la iglesia del pueblo fue lo único que logró soportar el desastre natural. Más que nada porque la iglesia es una construcción del siglo XVIII. Lo que sobrevivió de la iglesia es parte de la fachada, su campanario y un nicho. Inclusive, todavía llegan fieles a poner veladoras e imágenes.
Sin duda es un paisaje impactante para muchos. Pues alrededor de las ruinas de la antigua iglesia hay una gran zona boscosa y lava solidificada. Y cuando estás en las ruinas no se puede creer que debajo de toda esa lava esté el pueblo original de San juan Parangaricutiro.
Sea milagro o enigma, cada año la visitan miles de turistas que llegan a pie o a caballo. Y aseguran que se trata de una experiencia única.
FOTO PRINCIPAL: MICHOACÁN TRAVEL