Aquí te lo contamos
Una de las tradiciones que más caracteriza al año nuevo es el comer 12 uvas.
Esto es para pedir 12 deseos en la cena de año nuevo.
Esta popular tradición ha pasado de generación en generación, y hoy en día no imaginamos estas reuniones sin uvas.
Pero seguramente no tienes ni idea de dónde salió esta idea.
Y aunque te sorprenda, esta tradición fue nada más y nada menos que una idea de mercadotecnia.
Así es, la importancia de los productores es vender, pero las familias le dieron un significado especial a cada festividad.
Una de las historias más interesantes se deriva de un tema total de mercadotecnia, en donde los productores de España tuvieron un exceso tan grande de producción de esta fruta, qué se les ocurrió que sí comían las uvas iban a traer 12 buenos deseos y regalos al fin de año.
En 1909 fue en Málanga dónde comenzó esa tradición que posteriormente adoptó todo el Mediterráneo de España.
Es así que las 12 campanadas se acompañan con las 12 uvas.
En el siglo XVIII, en muchas casas no había relojes y las multitudes de personas se reunían afuera de la iglesia de Málaga para escuchar el clásico sonido de las campanas.
Por su parte, el brindis surge de la tradición de Roma por desear buenos deseos como el amor, la prosperidad y la felicidad.
A pesar de que ahora conocemos está tradición como algo lleno de amor y buenos deseos surgió como una estrategia de venta.
Sin embargo, no vamos a negar que es una de las tradiciones más bonitas de las fiestas decembrinas.
Así es que te recomendamos pensar y escribir previamente tus deseos para el año nuevo.
Y obviamente disfrutar de los primeros segundos del año comiendo las uvas en compañía de todos tus seres queridos.