Todo comenzó en 2017 cuando el gobierno de Eslovenia y Apimondia reunieron esfuerzos para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarara el Día Mundial de las Abejas. No obstante, fue hasta 2018 que la dependencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) designó a el 20 de mayo con el día idóneo para celebrar la labor de las abejas como polinizadores.
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Para todos los polinizadores
Este día resalta la importancia del papel que las abejas y otros polinizadores desempeñan para el planeta. La polinización es un proceso esencial para la supervivencia de los ecosistemas.
De acuerdo con FAO, el 90% de las plantas con flores del mundo dependen de la polinización para reproducirse. Asimismo, el 75% de los cultivos de consumo humano dependen de la polinización.
La polinización contribuye directamente a la seguridad alimentaria. Pero también es un factor indispensable para conservar la biodiversidad. El objetivo principal del Día Mundial de las Abejas es proteger a este insecto y a los otros polinizadores. Con el fin, de que sus funciones contribuyan a resolver los problemas alimentarios del mundo.
Se eligió el 20 de mayo porque coincide con la fecha del natalicio de Antón Janša, un pionero de la apicultura moderna, perteneciente a la tradición eslovena de apicultores. Además, el día refuerza la idea de que todos dependemos de los polinizadores y que la pérdida de estos representaría una catástrofe.
Día Mundial de las Abejas
Hoy en día, las poblaciones de abejas y polinizadores en el mundo está disminuyendo. Por esta razón, se exhorta a que gobiernos, a organizaciones y a la sociedad civil a unir fuerzas para proteger sus hábitats.
Del mismo modo, se resalta el papel de la apicultura, no solo para el medio ambiente y la producción agrícola. Sino que en las comunidades rurales contribuye a la creación de empleos, la seguridad alimentaria y la nutrición.