¿Te gusta escalar o simplemente conocer lugares imponentes de la naturaleza? El pueblo de Bernal es un lugar para ti. Forma parte de la lista de los 111 Pueblos Mágicos y tiene al tercer monolito de piedra más grande del mundo, sólo detrás del Peñón de Gibraltar en el mar Mediterráneo y el Pan de Azúcar en Río de Janeiro, Brasil: La Peña de Bernal, el cual no sólo es buscado por alpinistas sino también por personas que buscan sentir su energía.
El origen de la Peña de Bernal
Estudios indican que esta gran piedra se formó en el periodo jurásico a causa de la solidificación del magma de un volcán. Se cree que, con el paso del tiempo y la erosión, el resto del volcán desapareció dejando solamente al monolito. Su nombre proviene de la palabra “Vernal” de origen árabe o vasco, el cual se usaba para denominar algún peñasco grande y alargado que se encontrara aislado.
Energía durante el equinoccio
Durante el equinoccio de primavera, turistas visitan este lugar para llenarse de la energía que provee el monolito a sus habitantes. Conocerlo se puede hacer a través del rappel o en cuatrimotos y coche para llegar al mirador y tener una gran postal de los terrenos queretanos.
Espectáculo de fuentes bailarinas
La Peña también cuenta con un espectáculo nocturno y sus fuentes de colores en el que, al ritmo de canciones como New York, New York de Frank Sinatra hasta México en la Piel, bailan para iluminar las faldas del monolito.
Más que un monolito
Bernal no sólo se caracteriza por su monolito, sino también por su cultura, sus obras de arte que llenan las calles del pueblo, su pan elaborado a base de leche de cabra, además de degustar los productos de sus viñedos en la hacienda porfiriana muy cerca de ahí, en Ezequiel Montes.
Entre rocas, viñedos, artesanías y la calidez de su gente, Bernal es un pueblo que emana magia de sus paredes.