Hace muchos años, exactamente el 21 de septiembre de 1629, ocurrió una de las tragedias más grandes en la Ciudad de México. Lo que parecía una simple lluvia se convirtió en un desastre natural que duró cerca de 40 horas. Esta tragedia dejó una inundación que duraría 5 años y un total de 30 mil personas fallecidas.
Después de este terrible suceso, los niveles del lago de Texcoco crecieron sin detenerse, las aguas inundaron todo Tenochtitlán, y la única parte que quedó a salvo fue una pequeña porción de Tlatelolco y la Plaza Mayor.
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La inundación que desapareció la CDMX
Los sobrevivientes a esta gran inundación tuvieron que vivir sin suficiente comida, alimentándose de reservas de carne y granos. De igual manera se encontraban sin agua potable, entrando a sus casas a través de las ventanas, y transportándose en canoas junto a cadáveres flotando.
Tiempo después de lo ocurrido, la gente comenzó a buscar un drenaje secreto para poder drenar todo el agua acumulada, y según la leyenda, este fue encontrado en Pantitlán.
Dos años después de esta tragedia, se consideró abandonar la ciudad, cambiarla de sitio y comenzar a dirigirla de nuevo en un lugar diferente. Pero considerando todo el dinero invertido y los edificios construidos como hospitales y catedrales, decidieron no hacerlo.
Afectaciones de la inundación
La inundación de 1629 dejó miles de casas completamente destruidas. Las condiciones de salubridad se vieron afectadas, trayendo consigo una serie de enfermedades que mataría a miles de personas. Todo esto provocó que muchos citadinos se reubicaran en la ciudad de Puebla.
Incluso, existen algunos datos que indican que sólo sobrevivieron un total de 400 familias.
5 años después, el agua comenzó drenar por sí sola. Fue gracias a los indios, quienes se encargaron de salvar la ciudad, levantando los edificios y rescatando la agricultura.
Con información de México Desconocido
Fotos: Especial