Los mayas inventaron un color fabricado con materiales orgánicos que revolucionó la historia del arte; y es conocido como azul maya
El arte como forma de expresión de las culturas prehispánicas es de los elementos más conocidos de ese entonces. Las vasijas, figuras de barro y otros elementos llenan museos y libros en la actualidad; y las pinturas no podían quedarse atrás. Por ello, el color azul que los mayas utilizaban fue todo un descubrimiento, y se dio a conocer al mundo sin olvidar que fueron ellos quienes lo crearon, llamándolo azul maya.
Aunque no se conoce la manera en que lograban la precisión de la mezcla para igualar siempre el tono de azul deseado; el azul maya aparecía en todo su territorio. Desde la parte sur de México hasta algunos sitios de Guatemala, este color le daba un aspecto característico a murales y figuras de barro. Fue en 1942 cuando los exploradores e historiadores comenzaron a notar los restos de este tono particular en el territorio maya.
Ya que no se usaba ningún elemento químico para crearlo, se dice que es orgánico. Aunque no se conocen los ingredientes y medidas con exactitud, se sospecha que surgía de moler hojas de índigo con agua de arcilla o de obtener el pigmento en algún momento mientras se calentaba la arcilla. Según diversos expertos, probablemente el secreto del color se debía a su cocción lenta. Este tono, mezcla de turquesa con azul; es resistente a la humedad, al sol, y al tiempo.
Para los mayas, el color azul simbolizaba el cosmos; mientras que el verde representaba a la Madre Tierra. Por lo tanto, este azul ilustraba la conexión entre ambas cosas. Además, el azul y el verde significaban para ellos el origen de todas las cosas.
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