La Ciudad de México es un lugar de contrastes que tiene innumerables historias y leyendas que contar. Una de las más recientes y populares es la de la Isla de las Muñecas de Xochimilco.
En la región sur de la CDMX, en los canales de Xochimilco se encuentra una isla que se ha convertido en un atractivo turístico. Tanto para visitantes nacionales como extranjeros. La leyenda de la Isla de las muñecas, cuenta la historia de un vigilante ermitaño que colgó muñecas sobre una chinampa durante más de 20 años, hasta que falleció en 2001.
Esta chinampa se hizo famosa porque fue la locación de películas icónicas de la Época de Oro del cine mexicano, como María Candelaria (1944). Originalmente era conocida como la Isla de Teshuilo. Pero en nuestros días la popularidad de las muñecas ha hecho que las personas la conozcan de esa forma. Su fama hizo que medios internacionales como The Huffington Post, Travel Channel y ABC News se interesaran en el lugar.
Actualmente el lugar tiene un aspecto espeluznante, con cientos de muñecas colgadas por toda isla. Algunas sin ojos y cubiertas de telarañas.
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La leyenda de la Isla de las Muñecas
La leyenda cuenta la historia de Julián Santana, quien desde 1950 comenzó a colgar muñecas con el propósito de ahuyentar a los malos espíritus. Se cree que todo comenzó después de que Julián descubriera el cuerpo de una niña ahogada, atorada entre los lirios lacustres.
A raíz de este hecho, Santana vivió con el remordimiento de no poder salvarle la vida a la pequeña, y se enfundó en la creencia de que colgar muñecas en los árboles lo protegería de los malos espíritus.
De entre todas la muñecas que Julián recolectó en su vida, su preferida era “La Moneca”. Esta muñeca se distinguía del resto por los collares y lentes negros con los que vestía.
Santana era vecino del Barrio de la Asunción. Ahí acostumbraba a beber pulque y vender sus hortalizas. Sin embargo, con el tiempo adoptó un estilo de vida ermitaño en el que permanecía recluido en la chinampa. A lo que él solía llamar “esclavitud”.
Entre espíritus infantiles y posesiones
Con el tiempo Julián aseguraba que las muñecas estaban poseídas por espíritus infantiles. Mientras continuaba colocando muñecas rotas en el la isla. La superstición de don Julián tal vez comenzó con la idea que tenía de que su padre había muerto de brujería.
En sus últimos años, Julián le comentaba su sobrino “Chope” que había una sirena que se lo quería llevar pero que él se ponía a cantar para que no se lo llevara. Un día mientras “Chope” trabajaba en la chinampa regresó a buscar a su tío. No obstante, éste se encontraba ahogado justo en el mismo lugar donde Julián decía haber encontrado a la niña.
La versión oficial sobre la muerte de Julián dice que falleció a causa de un infarto. Sin embargo, la leyenda dice que la sirena finalmente se lo llevó. Otra versión cuenta que la sirena era el espíritu de aquella joven y que había vuelto por el hombre que no había podido salvarla. Incluso existe una tercera versión de que fue “La Moneca”, su muñeca consentida quien finalmente se llevó a Julián.
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FOTO PRINCIPAL: WIKIPEDIA