El 2018 ya es historia y es hora de escribir los propósitos para el Año Nuevo que no pensamos cumplir. El primero es empezar con una vida sana, hacer ejercicio, ser la imagen de la salud. Siempre nos pasa.
Empezamos el año con la mejor actitud, tenemos preparados los tenis y la ropa deportiva. Ponemos nuestra alarma y ¡ámonos! A ejercitarnos porque debemos bajar esos kilos de recalentado. Hasta pasamos por nuestro juguito verde para sentir el cambio.
Pero que no se nos atraviese un puesto de quesadillas y gorditas porque todo nuestro esfuerzo se irá muy lejos. En el momento de dar esa primera sabemos que no hay vuelta atrás. Ha caído el primero.
Después sigue el ahorrar más. Guardas todos los videos e imágenes con consejos para ahorrar. Tienes tu frasquito donde dejarás tus monedas de 10 pesos. Y cada vez que metes una, te imaginas la fortuna que tendrás para fin de año. ¿Cómo te lo vas a gastar? ¿Te irás de viaje? ¿Comprarás algo para tu casa? O tal vez pueda servir para los regalos de Navidad. Pero por cualquier cosa te quedaste sin dinero y necesitas parte de ese ahorro. Poco a poco el dinero va desapareciendo y ¡pum! Pobre otra vez. Van dos.
Viajar. El sueño de todo mexicano, dejar su rutina atrás e irse a otro lado. Cada día de tu vida sueñas con la playa y el sol. En lugar de estar encerrado en la oficina con luz artificial. Pero el año se va muy rápido y no siempre estás disponible para darte una escapada. Al final sólo terminaste viajando al lago de Chapultepec.
Para muchos solteros una de sus uvitas siempre va dedicada al amor y obviamente también es propósito. Para que amarre ¿Qué no? El próximo año, es el bueno. Se les acabo su mal tercio. Ya hasta te imaginaste contestándole a tu tía con una sonrisa “Aquí está por quien tanto preguntabas”. Y aunque busques el amor cada semana, al final terminas, sólo en el sillón, pensando a dónde se fue tu vida.
Sí, el año se va rápido y a veces 12 meses no son suficientes para todos los propósitos. Lo mejor de todos esos propósitos no cumplidos, es que siempre los reciclamos. Porque lo último que perdemos es la esperanza y además, la intención es lo que cuenta ¿no?