En el IPN desarrollan técnica que diagnostica miopía en bebés

Para una persona es difícil cuestionar su forma de ver la vida, literalmente. Uno crece y cree que el mundo se ve de tal manera. Tal vez a lo lejos no ves bien, pero habría que ser Superman para hacerlo, ¿no? Todo está bien hasta que te demuestran lo contrario. Te pones lentes y ¡pum! Alta definición. No puedes creerlo, te los quitas, pones y te los vuelves a quitar. ¿Así ven todos? Sí, así debería verse la vida. Sólo aquellos con vista perfecta ven el mundo con todo detalle, por ahora.

De acuerdo con estudios internacionales, se calcula que para el 2050, la mitad de la población mundial padecerá miopía. De China hasta Perú las personas necesitarán lentes. Pero no te preocupes, no sólo hay malas noticias para las nuevas generaciones. Los especialistas de Instituto Politécnico Nacional ya están trabajando con fotorrefracción. Una técnica no invasiva que permite diagnosticar miopía, hipermetropía y astigmatismo en bebés. No exponen a los niños en nada, sólo toman fotos de ambos ojos. Y después de algunos cálculos pueden determinar si tienen alguna condición o no.

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Simplemente iluminan el ojo con una luz, si esa luz se dirige a un sólo punto de la retina, todo está bien. Entre más pequeña sea la zona iluminada de la pupila, menos es la graduación. Por ejemplo, si se ilumina el mismo lado del que proviene la luz se trata de miopía. En cambio, si sucede del lado contrario es hipermetropía.

El titular del proyecto, Omar García Liévanos, tiene planeado implementar esta prueba como un tamizaje temprano, porque también ayuda a detectar anisometropía, que es la diferencia de graduación en los ojos. De esta manera puede evitar la ambliopía, que es perder la capacidad de ver claramente a través de un ojo. Incluso usando lentes. Porque cuando ese ojo envía una imagen borrosa o equivocada al cerebro, él puede ignorar la imagen del ojo débil. Lo que podría provocar estrabismo, un ojo desviado o bizco.

Por eso es importante esta cultura de prevención, más en niños pequeños. Hay que evitar que sufran por un diagnóstico tardío.