Ahora con las Fiestas Patrias, nos pusimos muy mexicanos y nos dimos a la tarea de investigar un poquito más sobre una de las leyendas más conocidas en México, la de El Pípila de Guanajuato.
Cuenta la leyenda la historia de Juan José de los Reyes Martínez, mejor conocido como El Pípila. Este hombre era un minero muy humilde que vivía en San Miguel de Allende.
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El Pípila, un valiente mexicano
Cuando en nuestro país comenzaron a aparecer las primeras manifestaciones de la independencia, Juan José decidió sumarse a la cruzada a favor de la autonomía de su patria.
Tras una intensa búsqueda de hombres, Hidalgo logró conseguir a 6 mil valientes que estuvieran listos para iniciar su lucha. En pocos días, todos ya se encontraban preparados para comenzar con esta gran batalla.
Sin resistencia, el ejército tomó San Miguel el Grande, Celaya y Salamanca. En este último Hidalgo fue proclamado Capitán General de los Ejércitos de América y Allende fue nombrado Teniente General.
En cuanto a la Toma de la Alhóndiga de Granaditas, la noche del 28 de septiembre de 1810 se convirtió en un día violento. Pues todos los embates contra la Alhóndiga resultaron inútiles para el ejército.
Después de todo lo sucedido, Hidalgo y Allende llegaron a la conclusión que la única forma de poder tomar la Alhóndiga era si se quemaba la puerta principal.
Para esto, El Pípila le solicitó a Hidalgo el permiso de poder incendiar la puerta, su acción permitiría al ejército poder entrar en ella. Minutos después el Capitán General de los Ejércitos aceptó.
Posterior a esto, El Pípila no lo dudó ni un segundo y se lanzó a incendiar el umbral cubierto de planchas de fierro. Cargando una gran losa de cantera sobre la espalda para cubrirse de los disparos.
Arrastrándose en pecho tierra hacia la entrada, con una antorcha en la mano y un bote de aceite en la otra, Juan El Pípila logró incendiar la majestuosa entrada de la Alhóndiga.
Gracias a su valiente acción, el ejército de Hidalgo salió triunfante.
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