Horas de entrenamiento, sudor, nudillos carcomidos por el vendaje, una pera que gira alrededor de su cuerpo, queda un solo día para terminar la larga agonía de saber quién será el mejor del mundo. Ansioso, desesperado, la comida de esa noche tiene que ser abundante para recobrar un poco de fuerza para la gran pelea, ya no hay marcha atrás.
Al día siguiente los espectadores lo aclaman, esperan su salida al ring, su contrincante se encuentra con la quijada trabada y los ojos puestos en la victoria. Sale, la gente está enardecida, se inclina para entrar en las cuerdas, pasa… tranquilo se dirige a su audiencia, saluda, escucha a lo lejos la voz del presentador que comunica todos sus logros como boxeador, sabe que esta vez será la última, es su despedida del ring.
Boxeadores vienen, boxeadores van, muchos han marcado la historia de este deporte por sus grandes habilidades atléticas, por su destreza en librar los golpes más letales y solo muy pocos logran permanecer en la mente de sus seguidores con el pasar de los años.
Lo que muchos ignoran es lo que hay detrás de cada gran pelea, de cada gran boxeador, del cuidado que se debe tener para que ninguno salga lastimado. Esas personas, las que están detrás del ring, son sin duda, las que se llevan el más grande aplauso.
José Antonio Arreola Sulaimán es parte de ese equipo que se encarga de que las peleas de box, tanto en México como a nivel mundial, se lleven a cabo. Hijo de Lucy Sulaimán y José Arreola, Antonio siempre vio al boxeo como parte de su vida. Desde muy pequeño estuvo involucrado en este mundo, pues es nieto de una de las figuras más representativas de este deporte, el Sr. José Sulaimán.
Sulaimán, abuelo, fue por tres décadas el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, a su cargo se establecieron normas que actualmente son implementadas en cada pelea, todas en función del cuidado de los atletas.
En entrevista para Más México, Antonio nos compartió un poco más sobre lo que es y las funciones que tiene este órgano regulador del boxeo.
“Lo que hacemos en el Consejo, es sancionar peleas, pero realmente, protegemos al boxeador a través de la implementación de una serie de reglas. En su momento, por ejemplo, fue que el ring tuviera cuatro en vez de tres cuerdas, pues muchos atletas se lastimaban la cabeza a la hora de caer.
Nosotros hacemos ese tipo de estudios, le pusimos el pulgar adherido a los guantes para que no hubiera piquete de ojos, por más chistoso que suene. Redujimos de 15 a 12 rounds las peleas. Porque esos últimos tres rounds eran ya inhumanos, era sobrepasar la capacidad humana de los atletas. Entonces la función del consejo es velar por los boxeadores”. Dijo Antonio.
El camino hacia una gran pelea
Son muchos los factores y personas que intervienen, en palabras de Antonio, para concretar una pelea existen una serie de pasos a efectuarse.
“Lo primero, tiene que haber boxeadores, en escala: el boxeador tiene sus entrenadores, manejadores, tiene a su promotor. El promotor es el que se encarga de organizar una pelea y nosotros somos los que nos encargamos de sancionarla.
Es decir, ver que todo esté en orden, que haya una ambulancia en la arena, que los boxeadores tengan los pesos ideales, que no lleguen deshidratados. Que no haya sustancias prohibidas. Son todo ese tipo de cosas.
También juegan mucho las personas que no se ven en las cámaras, que, se encargan de darle publicidad a las peleas, que se encargan de hablarle a los medios, para que ésta tenga una buena promoción y que de verdad la gente tenga ganas de ver esa pelea. Hay demasiado factores envueltos en una pelea”. Apuntó.
Su sueño
Para Antonio lo más importante y el motor de su trabajo diario es llevar al Consejo Mundial de Boxeo a la cima. Darle la relevancia que tienen organismos como son la FIFA, la NBA, y la NFL, concluye.