Ya inició la cuenta regresiva para Navidad y muchos de nosotros ya decoramos la casa con elementos navideños desde esferas de colores, pinos, muñecos de nieve, osos y hasta el nacimiento sin el Niño Dios ya que se arrulla hasta el 24 de diciembre, pero ¿de dónde proviene la tradición de poner un nacimiento en la decoración navideña?
El origen
El origen del nacimiento navideña se da en los “montajes vivientes” que recreó San Francisco de Asís hace casi 800 años. Se cree que en 1223 se originó el primer nacimiento ya que recorría las poblaciones de su natal Italia con el fin de predicar la palabra y en ese invierno se inspiró y reprodujo el nacimiento del niño Jesús. Con la ayuda de otros clérigos, construyó una casa de paja, un portal y un pesebre, e invitó los habitantes de ahí a integrarse en una escena viviente, con José y María, el niño recién nacido, los pastores, y hasta un buey y un burro.
Evangelización
Cuando esta tradición llegó a toda Europa, poco a poco se sustituyeron las figuras vivientes por figuras de madera o de otros materiales. Con la conquista española, los frailes utilizaron las costumbres navideñas para evangelizar y los nacimientos fueron importantes ya que los habitantes de los lugares evangelizados se especializaban en elaborar las figuras y los motivos.
Tradición en México
A pesar de los siglos que han transcurrido desde 1223, muchas familias siguen con esta tradición. Dando paso a lugares en México que se dedican a crear estas figuras. Los angelitos de Tzintzuntzan, Michoacán; las figuras de barro de Metepec, Estado de México, o de Ameyaltepec y Tolimán, en Guerrero; o los nacimientos en miniatura y policromados de Tlaquepaque, Jalisco.
Cada familia tiene sus propias costumbres, ¿tú cómo acostumbras a poner tu nacimiento?