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El Hoyo, una joya escondida en Iztapalapa

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El Hoyo, como se le conoce a la colonia La Joya en la alcaldía de Iztapalapa, es, supuestamente, el lugar más peligroso de la Ciudad de México. Es, según, un sitio en cuyo interior vive lo peor de la sociedad: drogadictos, pandilleros, secuestradores y narcotraficantes.

Dicen que para ingresar al barrio se requiere un permiso especial del mando delincuencial. Asimismo, dicen que quien entra sin este permiso, ya no sale.

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Laberinto rodeado por cerros

Pero El Hoyo no es como lo pintan. Yo ingresé –junto con un colega que vive fuera de México- al laberinto de paredes azules rodeado por dos cerros y muros de tezontle. Fue un lunes cualquiera, sin contacto previo, ni permiso de ningún Don Vito Corleone.

Toqué las puertas de las casas con techo de lámina, cuidándome de los perros que las custodian. Como lo hiciera un experto vendedor de biblias. Me abrieron señoras amables, ávidas de contar la historia de su barrio. Entre anécdotas de alegría y dolor, recorrí con ellas por horas los estrechos callejones que suben y bajan, y que parecen no tener fin.

EL HOYO
Vista aérea de El Hoyo.

Por doquier sonaban canciones de todo tipo. Pero una en particular, posiblemente la de mayor volumen o la que se repetía una y otra vez. Se me quedó como si fuera el soundtrack de mi primer encuentro (he tenido varios) con El Hoyo: Nunca es suficiente, de Natalia Lafourcade con Los Ángeles Azules.

Entre estigmatización y aporofobia

Las mujeres y hombres están cansados de que su barrio, el que han construido y defendido durante años de mucho sacrificio, sea equiparado a un melanoma maligno incrustado en el oriente de la megalópolis.

Lo que sucede, es que El Hoyo tiene elementos geográficos y demográficos. Que en una sociedad clasista, lo hacen un blanco fácil para la estigmatización y la aporofobia, desprecio hacia la gente y los barrios de bajos recursos.

A La Joya se le conoce como El Hoyo porque, literal, se encuentra hundida entre dos cerros de tezontle. Para quien no está familiarizado con la zona, el acceso es complicado debido a que solo se puede ingresar y salir por una angosta calle. No muy fácil de identificar por su parecido a cualquier otra de por allá.

Este hecho genera rumores de toda índole, como que el lugar está siempre vigilado por “halcones”. Jóvenes pagados por criminales para delatar la presencia de extraños. A quienes se les hará pagar la osadía de traspasar a terreno prohibido.

Yo he visto “halcones” en Badiraguato, Sinaloa, en pueblos de Tierra Caliente, Michoacán y en barrios de Medellín. Aquí no vi nada. En todo caso, si los hay, a mí nadie me molestó. A pesar de que caminé con equipo fotográfico a la vista.

EL HOYO

Como en diferentes zonas de México, algunos niños de El Hoyo juegan con pistolas de plástico en las calles, acto que desaprueban algunos adultos por considerar que esto incita a la violencia.

500 familias con diferentes historias

El Hoyo es un asentamiento irregular creado hace aproximadamente 50 años. Habitan más de 500 familias, muchas de ellas indígenas de Chiapas y Oaxaca.

No obstante, la mayoría de pobladores son damnificados del sismo de 1985, oriundos de las colonias Doctores, Morelos, Tepito y Guerrero. Los cuales fueron trasladados a la colonia Ejército de Oriente, de donde se fueron abriendo camino. Y, con mucho sacrificio, fincaron sus viviendas entre los cerros que rodean al barrio.

La población se dedica al comercio informal, la albañilería, la costura (en el hogar y en maquiladoras). La limpieza de casas habitación en colonias de estrato medio de la Ciudad. Así como a la recolección de desechos de plástico, cartón y metal, que venden por kilo. Por lo mismo, para el espectador no informado, el barrio es a simple vista un basurero, un caos.

Aquí, hay dolorosas historias de hijos, primos y nietos asesinados por la delincuencia en colonias aledañas. Hay relatos de personas que estuvieron en prisión por distintos delitos. Y que actualmente se ganan la vida trabajado duro.

No ver la joya que también existe en El Hoyo, es no haber entendido nada

Pero sobre todo, hay un sinfín de mujeres y hombres que de manera voluntaria, dedican sus pocos recursos financieros y su tiempo a actividades en el Centro Comunitario la Joya. Como clases de boxeo, defensa personal, música y un comedor comunitario.

Aunado, existe la Asociación Rectificando tu Camino, un espacio en la casa de Cecilia Maldonado y su esposo Vincent Vidal. Que cuenta con biblioteca y diversas actividades recreativas y académicas para niños y adultos de la colonia.

EL HOYO
Aunque la mayoría de las casas son de concreto, quedan algunas de madera, cartón , piso de tierra y techo de lámina.

El Hoyo no es mejor ni peor que cualquier otra colonia de la Ciudad de México. ¿Hay delincuencia?: Sí. ¿Hay jóvenes en las calles perdidos por el “activo” y otras drogas?: Sí. Pero ese es un problema nacional creado por años de neoliberalismo, abandono y corrupción gubernamental, no un fenómeno exclusivo de este lugar.

A mi ojos, en su mayoría, los habitantes son personas honestas y trabajadoras, estigmatizadas debido a su estrato y clase social. Vivir en Iztapalapa, la alcaldía más pobre de la Ciudad, te marca. Vivir en la zona más desfavorecida de Iztapalapa, te doble o triple señala. Sin embargo, hablar de El Hoyo y no ver la joya que también existe en él, es no haber entendido nada.

TEXTO Y FOTOS: MANUEL ORTIZ

INSTAGRAM: @manuortize