¿Ya tienes una idea?
Llegamos a una de las épocas más representativas de nuestro país.
Y es que el tradicional día de muertos, se ha dado a conocer mundialmente por la manera en la que recordamos a nuestros difuntos.
La ofrenda es ese ritual y acto sagrado de compartir con los difuntos.
En el día de muertos se hace presente el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y en su caso, el vino.
Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo.
La ofrenda es ese reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
Una cosa que nos ha quitado la pandemia por coronavirus, es la posibilidad de acudir a los panteones.
Sin embargo, no es la única forma en la que podemos recordar a nuestros difuntos.
Existen un sinfín de objetos que las personas colocan en sus ofrendas.
Todo depende de los gustos que tenía la persona fallecida, como su comida favorita, su bebida favorita, quizás su juguete favorito, etc.
Sin embargo, hay cosas esenciales que no pueden faltar en la ofrenda de este día de muertos.
Pero ¿sabes el significado de cada uno? Aquí te lo decimos.
Agua: es la fuente de vida y se ofrece a las ánimas para que sacien la sed después de su largo recorrido y fortalezcan su regreso.
Sal: elemento de purificación que sirve para que el cuerpo no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
Velas y veladoras: la flama que producen dignifica la luz, la fe y la esperanza.
Es la guía para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
Copal e incienso: es el elemento que sublima la oración o alabanza.
Se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a casa sin ningún peligro.
Flores: símbolo de festividad. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima.
Pan: la iglesia lo presenta como “el cuerpo de Cristo”. Es uno de los más preciados en el altar.
¿Estas listo para poner tu ofrenda en casa?