Investigadores de la UNAM descubrieron que derivados del árnica mexicana podrían tratar el cáncer de colon. Ya que tienen un alto efecto tóxico en las células cancerígenas que lo ocasionan.
Los investigadores a cargo son Daniela Araiza, del Departamento de Biomacromoléculas y Guillermo Delgado, del Departamento de Productos Naturales; ambos del Instituto de Química de la UNAM.
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¿Qué es el cáncer de colon?
En México, el cáncer de colon es la cuarta causa de muerte y a nivel mundial es responsable de 700,000 muertes al año. El colon conforma la mayor parte del intestino grueso y es el encargado de absorber algunos nutrientes, agua y sal de los alimentos.
En él se desarrollan formaciones de tejidos en la pared interna conocidos como pólipos, que tardan entre 10 y 15 años en crecer. Pero con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden volverse cancerosos. Este crecimiento descontrolado de células se desarrolla en diferentes porciones del colon y el recto.
El cáncer de colon se presenta en hombres y mujeres, principalmente mayores de 50 años y entre quienes realizan poca actividad física. También en aquellos con una dieta baja en fibra y alta en grasas, carnes y carbohidratos procesados. Así como en personas con sobrepeso u obesidad.
Es aquí donde la árnica mexicana hace su aparición.
Las milagrosas propiedades del árnica
La Heterotheca inuloides Cass, conocida comúnmente como árnica, es una planta nativa de México que se encuentra en diferentes estados. Tales como San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua, Veracruz, Nayarit, Hidalgo, Oaxaca, Estado de México y CDMX.
La planta de árnica es utilizada como remedio herbolario por sus propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y diuréticas.
Ahora los investigadores del Instituto de Química descubrieron su eficacia contra las células cancerígenas del colón. Y a partir de sus componentes podrían buscar alternativas que ataquen únicamente a las células cancerígenas del colon. A diferencia de los tratamientos actuales (cirugías, radiaciones y quimioterapia) que afectan, no sólo a las células malignas, sino también a las células sanas del cuerpo.
Con este descubrimiento se abren nuevas investigaciones de posibles tratamientos que conjugan la herbolaria y la medicina de última generación.