Sonora es un estado repleto de leyendas y relatos escalofriantes. Cada región tiene historias distintivas que cualquier poblador podrá narrarte. Hermosillo no es la excepción, y la historia de su antiguo convento, donde ahora se encuentra el Instituto Nacional de Educación para Adultos y el Instituto Soria, te dejará con los pelos de punta.
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Historia
Se cree que durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, el convento de monjas de Hermosillo era un lugar al que las mujeres acudían a ocultar los embarazos no deseados. La idea era que con el paso del tiempo y, después de tener a sus bebés, las mujeres adoptaran el estilo de vida de las religiosas.
Muchas mujeres desaparecieron luego de haberse internado en este monasterio. Algunas familias se desentendieron de sus hijas, madres o hermanas una vez que ingresaban al lugar. En otros casos las familias pensaban que ellas estaban resentidas por hacerles sentir vergüenza por su embarazo y simplemente habían decidido cortar los lazos fraternales.
Antiguo convento lleno de secretos
Sin embargo, la realidad resultó más escalofriante. En la segunda mitad del siglo XX se comenzaron a realizar obras alrededor. Cuando se construyeron las primeras casas y edificios se derribaron algunos muros. Y más tarde, se tuvo que demoler el convento. Los hallazgos de los trabajadores fueron sorprendentes. Pues entre las paredes encontraron restos de mujeres, fetos y recién nacidos.
Se llegó a la conclusión de que las religiosas ocultaban los cadáveres de las mujeres que morían en labor de parto, para que nadie se enterara de lo que sucedía adentro. También se cree, que las monjas que se embarazaban terminaban por asesinar a sus bebés. Quienes simbolizaban el pecado cometido.
La leyenda dice que si pasas por la calle Serdán a altas horas de la noche, no debes entretenerte demasiado. Pues puede que veas algo fuera de lo normal. Existen muchos relatos que aseguran haber visto a numerosas almas en pena deambular por ahí. Así como escuchar lamentos y extraños sonidos.
Las almas que se han visto rondar el lugar son, en su mayoría, mujeres embarazadas. Pero con la particularidad de que no tocan el suelo. #AyNanita