¿Cuántas veces has tenido que viajar o caminar de noche por las calles de la ciudad? ¿Alguna vez has notado algo fuera de lo normal? Eso le sucede a quienes caminan por las noches en las calles de Toluca ya que por años se ha ido transmitiendo la leyenda del autobús fantasma del estado el cual va de Toluca a Ixtacatas. Te la contamos:
La leyenda
Cuenta la leyenda que “Una buena noche, unos pasajeros muy elegantes, empresarios que iban de vuelta a sus casas, se montaron tranquilamente en el autobús, algo cansados apoyaron sus cabezas en los cómodos asientos y con las luces tenues, se fueron quedando dormidos al principio del viaje, pronto se despertaron al oír truenos y una lluvia muy fuerte sobre ellos, estaban por la parte de la carretera que había un precipicio, todos estaban alterándose pues el autobús se deslizaba y empezaba a perder el control, tambaleándose al borde del precipicio.
Conductor, no puede bajar la velocidad – dijo un hombre preocupado, muy nervioso – no hay problema en llegar más tarde a nuestras casas –
El conductor ni volteo a verlo, pareció no haberle escuchado y le respondió con total serenidad.
Lo siento, los frenos están dañados, tendré que maniobrar hasta que pasemos el precipicio y se acabe la lluvia –
Ahora si les invadía el terror a todos los pasajeros, se miraban en busca de consuelo, de alguna manera ya presentían que se acercaba el final, todo por querer llegar de prisa a sus hogares.
Tomaban curvas muy cerradas y peligrosas, hasta que el autobús inevitablemente perdió el control, el conductor trataba desesperadamente con el volante volverlos a poner en la carretera, ya era muy tarde, y cayeron al vacío, rodaron y se golpearon, los pocos pasajeros que sobrevivieron gritaban desde lo hondo de sus pulmones, pero desde allí nadie los podía escuchar, pasaron horas, sus dolores y agonías incrementaban. Todos terminaron muriendo.
En lo que se suponía la última parada del autobús, había algunos pasajeros esperando su llegada, pasaron horas, días, semanas y este nunca llegó, los dueños de la estación le manifestaron su inconveniente a la policía, trataron de investigar acerca del caso, pero no se encontraban evidencias, ninguna parte del autobús, ni neumáticos, ni el volante, ni ningún cadáver, ellos simplemente habían desaparecido.
Las personas en incertidumbre se preguntaban ¿qué les había pasado? Y como no había rastro de ellos, decidieron a llamar aquella extraña situación: el autobús fantasma porque habían desaparecido, como si nunca hubieran existido.
Cuenta la leyenda que en esa ruta siempre recorre sus carreteras un autobús que parece estar en muy buen estado, los pasajeros lucen muy elegantes, tienen sobrios trajes negros y el conductor a cualquiera que desee hacer el viaje, le invita a pasar amablemente, si intentas tener una plática con cualquiera de ellos, ellos te miran en profundamente con una seriedad muy inquietante, como si hurgaran tu alma y no abren la boca para decirte palabra alguna.
Muchos se asustan y les ruegan que los dejen bajar, el conductor con su cortesía, se detiene, deja que se marchen y huyan.
Si te atreves a montarte en este autobús fantasma deberás hacerle caso a las órdenes del conductor, él te va señalar donde debes bajar, de seguir sus instrucciones sobrevivirás, si decides testarudamente quedarte en la ruta del autobús, para llegar más deprisa a tu destino, este te llevará al precipicio, caerás en un enorme vacío y morirás, al despertarte, no volverás a ser el mismo, sin sentimientos, puro dolor y pena llenarán tu alma, luego verás alrededor la sangre desparramada por los pasillos y los cadáveres de todos, estarás por siempre acompañándolos en su viaje.”