Jaime Camil: De películas y novelas mexicanas a proyectos en EU

Jaime Federico Said Camil Saldanha Da Gama de 44 años mejor conocido como Jaime Camil es un actor y cantante mexicano que creció en un principio a través de ser conductor de distintos programas para después pasar a las novelas mexicanas, después al cine mexicano y actualmente se encuentra en una de las series más exitosas de Estados Unidos, Jane de Virgin, interpretando a Rogelio de la Vega un actor muy pasional y dramático de telenovelas que se reencuentra con su hija después de de 25 años.

Hijo del empresario mexicano Jaime Camil Garza, empezó su carrera dentro del medio artístico como conductor de radio y posteriormente conductor de programas de televisión como El Show de Jaime Camil. Pero no solo se quedó ahí, buscó la manera de crecer también como cantante y sacó su disco Para estar contigo, lo cual le llamó la atención a Televisa y se dieron cuenta que podía ser un gran actor y cantante. Y le dio un empujón con telenovelas como La fea más bella, Por ella soy Eva y Las tontas no van al cielo.

Después empezó a crecer como el galán agradable que además de guapo es chistoso y amable entonces pudo tener papeles en comedias románticas como Todo Incluido, Regresar y Amor a primera visa y así acercarse a Hollywood, llegando a la serie Jane the Virgin, una comedia que trata la historia de Jane, una virgen que accidentalmente es inseminada por lo que termina embarazada y todo parece cambiar en su vida. Sin olvidar su tiempo en teatro llegando a Broadway y haciendo historia con Bianca Marroquín siendo los primeros mexicanos al estar juntos en una producción de esta talla, saliendo en Chicago.

Al mismo tiempo que graba para la serie ha prestado su voz representando a México en caricaturas de Disney como Elena de Avalor dando voz a Julio y en la exitosa película de Disney y Pixar, Coco dando su voz al papá de Miguel en la versión en inglés.

Nos demuestra que la perseverancia es grande y que no se necesita ser el típico galán de telenovela para poder llegar a nuestros corazones y el del resto del mundo.