Han pasado 50 años y las marchas siguen. El lema se ha cumplido, 2 de octubre no se olvida. Y ¿cómo hacerlo? Fue un acto lamentable. Un atentado contra la humanidad, la juventud y los mexicanos. Hay series, películas, libros y documentales. Miles de páginas en Internet que explican los hechos. Cronológicamente van detallando la historia. Qué exigían los estudiantes. Porqué surgió el movimiento. Qué estaba pasando en el mundo. Cómo reaccionaron las autoridades. Cualquiera que tenga curiosidad sólo necesita poner 2 de octubre. Sin especificar la fecha. Pues en México, sólo se puede referir a una cosa.
50 años. Medio siglo y seguimos de pie. Los estudiantes, las personas siguen marchando en esta fecha conmemorativa. Tal vez no se gane nada. Algunos lo verían incluso como una pérdida de tiempo o algo que afecta su rutina diaria. Pero no es así. Como mexicanos, como personas debemos unirnos a movimientos así. Porque el dolor de uno nos afecta a todos. Se marcha porque la gente cree en la justicia. Se marcha por los mexicanos que murieron. Marchamos porque ahora podemos hacerlo. Aunque sintamos miedo o impotencia. Marchamos porque en ese momento ya no somos un individuo. Formamos parte de una comunidad que quiere paz y tiene esperanza. Porque los mexicanos unidos hacemos temblores y levantamos ciudades.
La masacre del 68 es una mancha imborrable, aunque el tiempo siga, en la memoria se debe preservar el error. No para seguir sufriendo, pero para evitar que vuelva a suceder. Para que un futuro la seguridad no sea un sueño y la libertad pueda obtenerse.
México es un país lleno de riqueza y no podemos dejar que los errores lo hundan. No podemos dejar que nuestra gente se rinda. Y tampoco que los mismos mexicanos nos hagamos daño. México somos todos.
Pájaro Político