Papel picado, ¿por qué lo usamos en las ofrendas?

Cuando se trata de celebraciones, a los mexicanos nos gusta hacerlo bien. Tener todo listo: la comida, música, decoración y ambiente. Somos buenísimos para muchas cosas, entre ellas la fiesta. Y ahora que Día de Muertos se acerca debemos estar preparados. Hay que tener listas las veladoras, cempasúchil, pan de muerto, mole, fruta, calaveritas de azúcar, copal y ya, ¿no? ¡No! Aún falta algo súper importante e indispensable. ¿No sabes? Exacto, el papel picado.

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Familiares bien recibidos

Este peculiar adorno no debe faltar en la mesa. No querrás que tus familiares crean que no son bien recibidos. Después de todo los primeros días de noviembre son de fiesta. Y qué mejor adorno que el papel picado. Es colorido, mexicano y tradicional. ¿Quién no ha tomado el papel picado como si fuera lo más frágil del mundo y admirado su diseño, o no ha sido hipnotizado por su movimiento cuando lo ponen en la calle y llega una ráfaga de aire?

Además, es muy versátil. Lo puedes poner en las fiestas patrias y las fiestas religiosas. ¡Ah!, pero debes saber que en Día de muertos tiene un significado especial. Se coloca en la ofrenda para representar el aire y cada color tiene su motivo.

El color blanco es para los niños; el verde, para los jóvenes; el amarillo, para los ancianos y el rojo, para los guerreros o mujeres que murieron en parto.

El naranja significa luto, el azul es para los que su muerte estuvo relacionada con el agua, el morado hace referencia a la religión católica y el negro es el inframundo.

Papel picado traído por los españoles

Como el papel de china no llegó a México hasta que llegaron los españoles, nuestros antepasados aztecas usaban amatl. Es un papel rugoso hecho con la corteza de moreras e higueras silvestres. Hacían banderas y pancartas de amatl y decoraban los templos y las casas.

Pero el papel picado como lo conocemos ahora tuvo su origen hasta mitades del siglo XIX en México. Claro, en Europa ya lo trabajaban desde el siglo XIV, con el nombre de papel cortado. Aquí se empezó a fabricar cuando a los trabajadores de las haciendas los mandaban a comprar productos en las tiendas. Entre ellos, se encontraba el papel de china.

Se le atribuye su creación al municipio de San Salvador Huixcolotla, en el estado de Puebla. Sin embargo, se empezó a distribuir en Puebla y Tlaxcala en 1930, y no fue hasta los sesentas que llegó a la Ciudad de México. Ya después estaba en todo el país.

Para hacerlo, los habitantes de San Salvador ponen un dibujo con el diseño sobre un fajo de 50 hojas y con cinceles empiezan a darle forma. Una técnica que les han enseñado de generación en generación.

De hecho, el papel picado es considerado Patrimonio Cultural del estado de Puebla desde 1988. Porque nada grita México, como el papel picado.