Como un milagro.
En los alrededores de Uruapan, se encuentra el volcán más joven del mundo y el único que el ser humano ha visto nacer: el Paricutín
Considerado como una de las maravillas naturales del mundo, el Paricutín, sigue atrayendo a gente que quiere verlo.
Por su paso, aprovechan para conocer las poblaciones cercanas como Angahuan entre otras.
Es desde Angahuan que se encuentra un mirador en donde se puede apreciar el volcán Paricutín y la trayectoria que sigo el flujo de lava.
Dionisio Pulido fue la única persona que vio nacer el volcán en el mes de febrero del año 1943.
Se dice que se escuchó un fuerte ruido que provenía de las entrañas de la tierra mientras bajaba de su parcela.
Fue entonces cuando sintió como la tierra temblaba bajo sus pies.
Sobre el campo liso, lleno de vegetación, el volcán creció 7 metros en las primeras 24 horas.
Sin embargo, para la primera semana ya alcanzaba los 50 metros hasta llegar a los metros que tiene actualmente.
La actividad del volcán Paricutín fue de 9 años, 11 días y 10 horas, en donde sepultó a dos poblados, Paricutín y San Juan Viejo Parangaricutiro.
El Paricutín es uno de los 3 mil volcanes monogenéticos, es decir, que tuvieron una sola erupción y se apagaron.
Ubicado en el estado occidental de Michoacán, con una altura de 3 mil 170 metros, el Paricutín hizo erupción el 20 de febrero de 1943 y su actividad terminó el 4 de marzo de 1952.
La lava cubrió un área de 40 kilómetros.
Los habitantes que sobrevivieron al desastre natural, tuvieron que abandonar el área afectada.
Se dirigieron a la ex hacienda Los Conejos, donde reconstruyeron el poblado y conformaron nuevamente el municipio que hoy es conocido como Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Actualmente el sitio se llena de turistas que admiran un paisaje que pareciera de otro mundo a excepción de los restos de la iglesia.
Como un milagro celestial sobrevive el campanario, parte de la fachada y un nicho en el que los fieles aún acuden a orar y colocar veladoras.