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Leyenda del Pájaro Cenzóntle

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El pájaro de las 400 voces.

En México, América Central y América del sur se encuentran especies de fauna exóticas, como aves y pájaros que son una fuente de colores y características increíbles.

Entre estas especies se encuentra el pájaro cenzontle, caracterizado por su bello canto y su hermoso plumaje.  

Es un pájaro tipo paseriforme con plumaje color gris en la parte superior, ojos color amarillo y un pico negro.

Los cenzontles emiten un sonido particular que congregados alejan a los agresores.

Fue tanta la importancia para las culturas prehispánicas mexicanas que se desarrollaron diversos mitos y leyendas.

Aquí te contamos una de ellas:

Xomecatzin, el señor del sauce, era un viejo comerciante del reino de Chalco.

Recorría los caminos cargando preciosas joyas de oro, piedras preciosas, pieles multicolores y hierbas aromáticas y curativas.

Durante una caravana de comerciantes mexicas con destino a Tehuantepec, Xomecatzin se unió.

Los demás comerciantes que iban en la caravana al cruzar el río de las mariposas, llamado hoy Papaloapan, escucharon un canto no identificado en ese entonces.

Fue que desembarcaron en este lugar al oír esta dulce melodía y se adentraron en el bosque del río.

Después de caminar por el bosque se encontraron a una hermosa doncella cuya mirada se dirigía a la luna.

Ellos, la atraparon y la obligaron a subir a su embarcación.

Xomecatzin llegó a su palacio y llevó a la triste mujer a sus aposentos, en donde la tranquilizó.

La mujer, a pesar de tantas preguntas que le realizaron, no habló y fue entonces que la nombraron Cenzontle: que significa cuatrocientas voces.

Xomecatzin le ofreció todas sus riquezas y joyas, plumas multicolores del pájaro quetzal y papagayos.

A demás de las esmeraldas, obsidiana, pieles de jaguares y trajes labrados.

La doncella no se impresionó, pues en el bosque había visto muchas otras riquezas.

Xomecatzin realizó una fiesta para agradecer por haber hallado tan bella mujer.

El único requisito para asistir era adornar su vestimenta con rosas, las flores más preciadas de la naturaleza.

El festejo duró tres días y al terminar, Xomecatzin e desposó con la encantadora Cenzontle.

Sin embargo, y a pesar de todos los regalos, Cenzontle no era feliz.

Xomecatzin dejó a Cenzontle encargada con los esclavos y sarpó hacia Monte Albán.

En un río con mariposas, Xomecatzin escuchó un hermoso canto que le pareció conocido, en seguida desembarcó.

Se dio cuenta que era un pájaro que huyó despavorido al verlo acercarse sigilosamente.

Al regresar a sus aposentos, le dieron la mala noticia a Xomecatzin, Cenzontle había muerto.

Fue entonces que una tarde nublada, Cenzontle había fallecido y su alma se convirtió en un hermoso pájaro.

Xomecatzin sufrió mucho al saber que su mujer se había alejado de sus brazos para siempre.

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