El Mundial de Futbol Americano Sub-19 acabó este domingo en el Estadio de Ciudad Universitaria. Como ya sabrás, Canadá se coronó como campeón, México obtuvo la medalla de plata y Estados Unidos la de bronce.
No, esta vez no aplica el famoso “jugaron como nunca y perdieron como siempre”. Porque no perdieron. Se llevaron un asombroso segundo lugar y aunque no fueron los mejores en la final, sí dieron todo lo que pudieron. En su camino el equipo mexicano venció a Japón y a Estados Unidos, y le dificultaron la victoria a Canadá, pues con un resultado de 13-7, la derrota no fue tan devastadora.
Canadá venía preparado para jugar contra los mexicanos, estudiaron al equipo y planearon las jugadas, pero con lo que no contaban enfrentarse, era con los gritos y porras de la tribuna que servían para alimentar el espíritu de los jugadores. Nunca se rindieron, ni dieron por perdido el juego. Atacaron, lanzaron pases, ¡metieron un touchdown y el punto extra! Sí, cometieron errores que les costaron el partido, pero eso siempre pasa y no se les debería quitar mérito por ello. Como dirían algunos “hasta los mejores cometen errores”.
Foto: procamp.com
El equipo azteca aceptó la derrota, pues Canadá fue un gran oponente y se merecía el oro. Sin embargo, sabían que el partido contra México iba a ser difícil, por el talento y la fuerza que habían demostrado en partidos anteriores.
No debemos sentir tristeza ni pena por los jugadores mexicanos, al contrario, debemos celebrar esa medalla de plata que tanto les costó. Darles un aplauso y felicitarlos por ser #MexicanosChingones. Perdieron el partido, pero ganaron el respeto de muchos, llegaron tan lejos gracias a los largos entrenamientos y el apoyo de sus familias y amigos.
Sentir el mismo orgullo que ellos sienten nos motiva a crecer como país, ser cada vez mejores en lo que hacemos nos fortalece y nos encamina a lograr el México por el que siempre hemos luchado. Esa es la motivación que convierte la plata en oro.