Las tortillas ceremoniales se distinguen de las tortillas comunes porque llevan impresos motivos muy hermosos. Pero mas que un alimento con decoraciones, son un símbolo de respeto, agradecimiento y celebración en la cultura otomí.
Son originarias de comunidades otomies en el estado de Guanajuato. Principalmente de los municipios de San Miguel de Allende y Comonfort. Para esta cultura, el maíz es central. Desde niños se acostumbran a ir al campo y toda gira en torno al ciclo de siembra, cultivo y cosecha.
Estas tortillas se sirven en fiestas muy importantes para ellos. Por ejemplo, en aquellas que tienen que ver con la agricultura. Son una forma de agradecer a las deidades prehispánicas y católicas; o una ofrenda para pedir buen tiempo y cosecha.
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El sello de los otomies
La tradición es muy bonita y ha permanecido por muchas generaciones desde la época prehispánica. La decoración depende de la festividad. Hay dibujos de flores o animales típicos de la zona, como los colibríes o las mazorcas de maíz. Y a partir de la conquista se sellan imágenes de santos.
El sello o molde es un cuadro de madera tallada con diferentes diseños. Está hecho de madera de mezquite. Y los más recientes se elaboran de pino. El molde es una herramienta con toda una historia familiar de fondo ya que se van heredando a los hijos. Y entre más antiguos, crece su valor. Tanto así que, aunque hay personas que venden estos moldes actualmente, los más valiosos son los heredados.
La tinta se obtiene del muicle, una planta con flor naranja muy conocida por sus propiedades medicinales. La asan en un comal para secarla un poco. Luego se hierve en agua con jugo de limón y bicarbonato. Se forma una tinta con un color muy peculiar, entre morado, negro y azul muy oscuro. Se dice que entre más oscuro es mayor la experiencia por parte de la cocinera. También se obtienen pigmentos de la cochinilla, un insecto del que se obtiene un color rojizo. Así como de otros vegetales o plantas.
¿Cómo se preparan las tortillas ceremoniales?
Las tortillas ceremoniales se sacan del comal a media cocción. Se colocan sobre el molde o sello de madera con la imagen tallada. Después se terminan de cocer en el comal y el calor hace que el signo quede marcado. Su preparación es todo un ritual porque tienen un significado sagrado, religioso y espiritual. Por lo que se van diciendo algunas bendiciones.
Se comen como una tortilla normal. Claro que, con platillos tradicionales otomíes.
Si nunca las has visto es porque es muy difícil encontrarlas fuera de estas localidades. Y porque únicamente se elaboran en momentos muy especiales. Así que si las ves, tendrás frente a ti, un sello de la identidad otomí, una cultura cuyo legado pelea por permanecer.