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¿Tomar mucha o poca agua?

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De 2 a 3 litros.

Probablemente te han dicho que la cantidad exacta de agua que debes de tomar al día es de 3 litros.

O has escuchado que 3 litros al día es mucha agua.

La cantidad de agua que debe consumir una persona puede variar según diferentes factores, como la edad, el sexo, el nivel de actividad física, el clima y la salud en general.

Sin embargo, como referencia general, se recomienda una ingesta diaria de agua de alrededor de 2 litros (o 8 vasos de 250 ml) para la mayoría de los adultos.

Esta recomendación puede variar en ciertos casos, como durante el ejercicio físico intenso o en condiciones climáticas extremas donde la pérdida de líquidos es mayor.

Es importante tener en cuenta que esta cantidad incluye el agua proveniente tanto de líquidos como de alimentos, ya que muchos alimentos también contienen agua.

 Además, si una persona tiene necesidades especiales debido a condiciones de salud específicas, es posible que se le recomiende una ingesta de agua diferente.

Es mejor consultar a un profesional de la salud para obtener recomendaciones más precisas basadas en tu situación personal.

Pero, ni muy muy, ni tan tan.

Tomar poca agua puede tener varias consecuencias para el organismo, ya que el agua es esencial para numerosas funciones fisiológicas.

Algunas de las posibles consecuencias de una ingesta insuficiente de agua incluyen:

Deshidratación: La falta de agua puede llevar a la deshidratación, que se caracteriza por síntomas como sequedad en la boca, sed intensa, fatiga, mareos y disminución de la producción de orina.

La deshidratación puede ser leve, moderada o grave, y en los casos más severos puede requerir atención médica urgente.

Problemas renales: La ingesta insuficiente de agua puede aumentar el riesgo de formación de cálculos renales (piedras en los riñones) debido a una concentración excesiva de minerales en la orina.

Problemas digestivos: La falta de agua puede dificultar la digestión adecuada y provocar estreñimiento, ya que el agua ayuda a mantener la regularidad intestinal y la suavidad de las heces.

Por otro lado, tomar demasiada agua también puede ser perjudicial para el organismo.

Aunque es poco común, el consumo excesivo de agua puede llevar a una condición llamada intoxicación por agua, hiponatremia o dilución de sodio en la sangre.

Esto puede ser peligroso y potencialmente mortal, y se caracteriza por síntomas como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, confusión, convulsiones e incluso coma.

Es importante mantener un equilibrio adecuado en la ingesta de agua y asegurarse de satisfacer las necesidades individuales, evitando tanto la deshidratación como la sobrehidratación.