Sin duda, uno de los platillos más emblemáticos de nuestro país es el tamal. Este icono de la gastronomía mexicana es parte fundamental de la pirámide alimenticia chilanga. Ya sea como cena, desayuno o bien, antojito, los tamales siempre son una buena opción.

Pero, ¿alguna vez te preguntaste cómo y dónde surgieron? ¿No? No te preocupes, porque hoy responderemos todas tus preguntas.
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Tan diverso como el maíz
En principio, el nombre del tamal viene del náhuatl tamalli, que significa envuelto. Generalmente son preparados a base de masa de maíz cocida envuelta en hojas de mazorca o plátano. Sin embargo, el tamal como lo conocemos actualmente sufrió una transformación, como muchos de nuestros platillos prehispánicos. Pues a la llegada de los españoles, los rellenos e ingredientes añadidos, se enriquecieron y adaptaron al territorio de cada región. Por ejemplo la manteca y la carne de cerdo.

Por otro lado, el origen del tamal aún es desconocido. Pues varios países de América de disputan el título. Ya que según el historiador novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, los tamales eran consumidos en otros países, especialmente por los indios. Pero los registros de Fray Bernardino de Sahagún, apuntan a que los mexicas fueron quienes llevaron este platillo al resto del mundo.
“Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados, otros tamales comían que son colorados”.
Fray Bernardino de Sahagún
Es posible pensar que otra región trajo el tamal a nuestro país. Pero México como una región del maíz por antonomasia es probablemente la idea más acertada. Ya que la variedad de tamales que tenemos es infinita, se calcula que existen entre 500 y 5,000 en todo el país. Además, de poseer también la mayor diversidad y variante del maíz.

Tamal, un antojo que siempre será mexicano
Pero bueno, dejando de lado la polémica se sabe que el relleno de los tamales en esos tiempos era de carne. Pero de pavos, flamencos, ranas, ajolotes, conejos y pescados. Además de otros ingredientes como calabaza, frijoles y chile.
Sólo que, a diferencia de nosotros, el tamal era un platillo muy respetado y cuando se preparaba se hacía de manera comunitaria. Se comía en fiestas espirituales, en agradecimiento a la fertilidad y como ofrenda a los muertos, a los dioses y en evento sociales importantes.

Actualmente, el tamal goza de una infinita variedad de preparaciones. Y hoy, hay opciones vegetarianas, dulces, gourmet y hasta para llevar como la famosa guajolota. Su historia de 500 años, dan prueba de la infinita riqueza cultural gastronómica que continua en nuestras calles. Y sin duda, en nuestros corazones.
FOTO PRINCIPAL: ORGANIZACIÓN RADIOFONICA DE OAXACA