Socavón en Tulum resultó ser una cueva de agua cristalina

Hace poco más de una semana se abrió un socavón en el kilómetro 265, de la carretera Tulum/Playa del Carmen, en Quintana Roo. Sin embargo, luego de que los especialistas acudieron al lugar, se determinó que no se trata de un socavón. Sino una cueva de aguas cristalinas.

Te recomendamos: “Petroglifo, la piedra-mapa de 2 mil años encontrada en Colima”

Caverna de más de 2.5 millones de años

Los vecinos de la zona alertaron a las autoridades por una supuesta explosión. Que, en realidad, se trataba del hundimiento de tierra que permitió el descubrimiento del vestigio natural. La caverna data de hace 2.5 millones de años, aproximadamente. Durante los periodos del Pleistoceno y Holoceno.

La directora de Medio Ambiente y Cambio Climático del ayuntamiento de Solidaridad, Quintana Roo, Nancy Martin Tzuc, solicitó al Círculo Espeleológico del Mayab que estudiara la caverna frente al hotel Royal Tulum.

Este descubrimiento causo revuelo. Pues la cueva se ubica en un tramo donde está proyectado el paso del Tren Maya. No obstante, ésta conectada con varios ecosistemas que forman parte de la segunda red de ríos subterráneos más grande del mundo.

Socavón que se lo “lleva el tren”

Por costumbre, cada que cavernas de este tipo son descubiertas reciben un nombre. “Me lleva el tren”, fue el nombre que los espeleólogos escogieron para cueva. Haciendo referencia al mega proyecto del Tren maya.

Roberto Rojo, director del equipo y miembro del Círculo Espeleológico del Mayab, comentó a El Universal que el derrumbe es un recordatorio de la fragilidad de los entornos kársticos. Se conoce como karst o kársticos, a las formaciones calizas producidas por la acción erosiva o disolvente del agua.

“Estando dentro de esta cueva pudimos escuchar el paso constante de los vehículos por sobre nuestras cabezas, lo que irremediablemente nos llevó a pensar en las afectaciones por los grandes desarrollos de la región”.

Asimismo, el Círculo Espeleológico del Mayab, hizo un llamado a prestar atención a las obras de los megaproyectos, en las que deben tomarse en cuenta las afectaciones a la naturaleza.

FOTO PRINCIPAL: CÍRCULO ESPELEOLÓGICO DEL MAYAB